La Ley General de Publicidad se aventura poco más allá de vigilar que no se consuma alcohol al volante y la organización ‘Autocontrol’ en España, que debería velar por lo que se muestra en las campañas publicitarias, ni regula ni controla demasiado el asunto del uso correcto de los vehículos y los espacios de circulación.
La Dirección General de Tráfico mete la pata, a nuestro parecer de manera algo escandalosa muchas veces. Pero no está sola: hay que exigir una autorregulación de lo publicitario, debido a su presencia masiva en nuestras vidas. SEGUIR LEYENDO «El peligro de los anuncios; la publicidad podría incrementar la siniestralidad»