Malas noticias para otra de la compañías históricas del sector de la automoción. Bristol Cars, fabricante artesanal de coches de lujo con sede en Bristol (Reino Unido), acaba de declararse en bancarrota. Cada vez hay más compañías que se dedican a la producción de deportivos artesanales, lo cual ha hecho que el número de ventas que solía acaparar anualmente haya caído en picado.
Según la BBC, en estos momentos serán un grupo de abogados y economistas los encargados de llevar las riendas de Bristol para intentar mejorar la situación económica y financiera. De momento, y hasta que mejoren un poco las cosas, la producción ha sido detenida indefinidamente. Lo único que continuarán haciendo es prestar servicio a todos sus clientes, tengan o no el coche en garantía.
Haciendo un poco de historia, tenemos que decir que Bristol es una compañía que fue fundada en 1945, justo cuando Bristol Aeroplane Company decidió crear una división de deportivos de lujo. Desde entonces siempre han trabajado con el único objetivo de ofrecer exclusividad a sus clientes. De hecho, sólo tienen un concesionario en Londres.
En su actual catálogo encontramos cuatro modelos. El más moderno de todo es el Bristol Fighter, con motor V10 del Dodge Viper y capaz de entregar más de 1.000 CV de potencia. Además, también podemos encontrar el Birstol Blenheim tanto en carrocería coupé como en speedster y el Bristol 6 Series, bastante formal y desfasado para mi gusto.