Pistoletazo de salida a la producción de un modelo que pocos mortales se podrán comprar. No cuesta lo mismo que un Ferrari o un Lamborghini cualquiera, pero ronda los 100.000 euros por todo lo que ofrece. No hay que olvidar que es una berlina de representación orientada al transporte de empresarios, políticos y otras personalidades que prefieren moverse en un coche que presume de habitabilidad y confort.
Exportado a más de 100 países
El nuevo BMW Serie 7, al igual que su predecesor, se fabrica en la planta de producción que poseen en Dingolfing, China. Es allí donde se han puesto manos a la obra para que mañana esté lista la primera unidad de la sexta generación de un modelo que espera mejorar su cifra de ventas. De la quinta generación se fabricaron 370.000 unidades entre 2008 y 2015 que fueron a parar a los garajes de clientes en más de 100 países del mundo.
Los mercados más rentables para BMW son los de Japón, China, Estados Unidos, Oriente Medio, Alemania, Reino Unido, Corea y Rusia. Por esos lares existe un potencial económico lo suficientemente grande como para vender decenas de miles de unidades año tras año. Por eso han invertido más de 500 millones de euros en la planta de Dingolfing en los últimos años.
Mejoras para un fuera de serie
El BMW Serie 7 de nueva hornada es elegante y ligero a partes iguales. Aprovecha parte de la tecnología que hemos visto en la división BMW i, algo que se pone de manifiesto en la utilización de materiales como la fibra de carbono ultraligera y de alta tecnología reforzada con plástico (PRFC). Solo así consigue ser resistente y rígido, a la vez que reduce en 130 kilos el peso que registraba el Serie 7 anterior.
De entre sus novedades, podemos destacar la luz láser BMW, capaz de iluminar hasta 600 metros con la luz de carretera. También merece la pena mencionar el control de gestos BMW, BMW Touch Command (la nueva tablet opcional y extraíble), el aparcamiento remoto o la llave BMW Display Key, que incluye una pequeña pantalla táctil.