BMW se ha puesto las pilas con su utilitario eléctrico, el i3. Su autonomía, sin tener que recurrir al modelo con Range Extender, pasa de 190 a 300 kilómetros gracias a la variante que empezarán a comercializar a partir de este verano.
¿Cómo lo han logrado? Colocando una batería de las mismas dimensiones y con una capacidad superior para poder ofrecer 33 kilovatios-hora (kWh), lo que se traduce en una ganancia de autonomía de más del 50% en el ciclo estándar (NEDC).
Cifras que suenan mejor
Como podrás imaginar, esos 300 kilómetros son reales en condiciones idílicas que difícilmente se producen. Para un uso cotidiano, con el aire acondicionado o la calefacción puesta y con condiciones meteorológicas adversas, la cifra se reduce hasta unos 200 kilómetros, que es lo que deberíamos tomar como referencia para no llevarnos un chasco a los dos días de recogerlo en el concesionario.
Su motor eléctrico de 125 kW/170 CV le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 7,3 segundos y solo consume 12,6 kWh/100 km (NEDC). Los 94 Ah se notan y van a ser la mejor opción para los clientes de BMW a partir de ahora, aunque la otra versión, la de 60 Ah, convivirá con la nueva hasta junio de 2017.
En ambos casos podemos pedir el Range Extender, un motor gasolina de dos cilindros que se encarga de estirar su autonomía para poder recorrer 150 kilómetros extra con un consumo mixto de combustible de 0,6 l/100 km y un consumo mixto de electricidad de 11,3 kWh/100 km (13,5 kWh/100 km para la veterana versión de 60 Ah).
La barrera de los 300
A nadie le sorprende que BMW haya trabajado en una versión como esta si tenemos en cuenta lo que están haciendo otros fabricantes. Coches como el Chevrolet Bolt EV o el Tesla Model 3, con autonomías que se sitúan por encima de los 300 kilómetros, hacen que todo lo que esté por debajo de los 200 kilómetros sepa a poco.