El BMW i3 es el primer vehículo eléctrico de BMW. Su llegada al mercado es inminente y la incertidumbre es máxima. Nadie sabe lo bien o lo mal que se va a vender durante los próximos meses, así que estaremos atentos a su evolución. De momento lo que ya se puede decir es que en la fábrica de Liepzig (Alemania) se trabaja a destajo para terminar las primeras unidades.
Se pondrá a la venta a finales de noviembre a un precio que rondará los 35.000 euros. Será un eléctrico puro y duro, aunque más adelante también habrá una versión de rango extendido que combinará el motor eléctrico con otro térmico. Ofrecerá una mayor autonomía, pero también costará más. Se habla de unos 40.000 euros como precio de partido. Una auténtica locura si tenemos en cuenta que no es más que un utilitario.
¿Llega tarde?
La firma alemana está entusiasmada ante la llegada del primer modelo de la submarca BMW i. Creen que con él disfrutaremos de una revolucionaria forma de movilidad urbana, pero estaría bien que alguien les dijera que no han inventado la pólvora. Más bien podríamos decir que llegan un poco tarde al mercado, ya que ahora mismo existen varios modelos libres de emisiones.
Sostenible desde su nacimiento
En la planta de Liepzig van a apostar por procesos de fabricación innovadores y limpios. Utilizarán nuevos materiales más ligeros que no solo influyen en el peso del coche, sino que también tienen un importante componente estético. Su nueva arquitectura proviene del sistema LifeDrive, que por si toda vía no lo sabéis está formado por dos elementos: módulo Drive de aluminio y módulo Life.
El módulo Drive de aluminio incluye el chasis, el motor, el acumulador y los componentes estructurales que se encargan de protegernos ante cualquier impacto. El Life, por su parte, es polímero reforzado con fibra de carbono y es el que se encuentra en el habitáculo. Con el sistema LifeDrive han logrado reducir el tiempo de producción a la mitad y han rebajado el peso total entre 250 y 350 kilos si lo comparamos con un coche convencional de las mismas dimensiones. Esto último es muy importante, ya que la autonomía depende tanto de la batería como del peso.
BMW ha querido redondear la faena haciendo que el proceso de producción sea lo más sostenible posible. Ahora gastan un 50% menos de energía y un 30% menos de agua. Además, toda la electricidad se obtiene de una plana eólica que está en el mismo recinto. ¿Qué más se puede pedir?