Bentley no ha acudido con las manos vacías a un salón tan importante para ellos como lo es el de Los Ángeles. Allí han presentado el nuevo Bentley Grand Convertible, un descapotable fabricado a mano que destaca por el color Sequin Blue con el que se ha pintado casi toda la carrocería. Se trata de un tono personalizado al que han podido llegar a través de la lentejuela del vestido de alta costura de una de sus adineradas clientas. Cosas que pasan.
537 CV y 1.100 Nm
He dicho «casi» porque también hay espacio para un plateado líquido que se adueña del capó. Bajo el mismo descansa un motor V8 de 6.3 litros y doble compresor que ya es de sobra conocido por los fans de la marca británica, puesto que es el mismo que monta el Bentley Mulsanne. Entrega 537 CV y 1.100 Nm de par, así que podríamos decir que va bastante sobrado.
Habitáculo para gourmets
En el interior puedes encontrar todo el lujo que esperas de un coche de estas características. Han utilizado hasta catorce pieles curtidas con métodos naturales para que no puedas decir que se trata de polipiel. Además, los bordados en azul brillante con hilo Sequin Blue le sientan francamente bien, ya que la misma combinación que se ve en el exterior se puede ver también en el habitáculo.
Un yate con ruedas
La parte trasera también tiene un detalle con el que muchos clientes se sentirán familiarizados. El enchapado Burr Walnut es como el de un yate, solo que esta vez se encuentra en una máquina que no puede surcar los mares. Está provisto de unas líneas paralelas de acero cromado que le dan un toque muy chic a la que dicen que es la pieza más grande que ha fabricado Bentley a lo largo de su historia.
A día de hoy este Grand Convertible no es más que un prototipo, pero todo apunta a que será un modelo de producción muy pronto. Todo dependerá del interés que muestren por él los compradores de esta clase de vehículos tan exclusivos.