Primera bestia parda que asoma el morro este año. Aunque ya llevaba anunciándose a voces su producción desde el año 2010 y aunque el coupé tope de la gama GT apareció justamente hace un año, la firma de lujo de Volkswagen en Gran Bretaña ha esperado hasta ahora para poner sobre la mesa el cuatro plazas descapotable más rápido del planeta: 325 km/h de velocidad punta. Lo llevarán a Detroit a mediados de mes y no sé qué pensaréis, a mí me parece portentoso, aunque… ¿lo expondrán en ese color? ¿Quién ha sido el lumbreras que lo ha pintado así?
Lo primero que hay que remarcar es que el convertible, incluso teniendo un techo de lona, ha engordado mucho con respecto a la versión cerrada; las necesidades de reforzar el chasis de un descapotable lo han obligado a ponerse muy cerca de los tres mil kilos de peso.
Tal vez por eso el motor ha sido llevado un poco más al límite que en su hermano coupé: mantiene el 6 cilindros en W con dos turbos, pero pasa de los 610 CV a los 625 CV, y el par escala hasta los 800 Nm. Las cifras de par motor a veces son algo difíciles de evaluar sin una referencia, pero si tomamos por ejemplo los 200 Nm de un Focus 1.0 EcoBoost, la potencia de este Bentley ya no está en la estratosfera, sino en la ionosfera, unos cuantos kilómetros más alto.
El hijo perfecto de la familia
Aún y con ésas, y considerando el plus de consumo que supone tener tracción integral, los ingenieros se las han apañado para cohibirle algo la sed. Le han incorporado un sistema de recuperación de energía en frenadas y una octava relación a su cambio automático para las velocidades sostenidas en carretera o autopista. En total, el coche homologa 14,9 l/100km. Hay que reconocerle a su favor que, además, el motor puede funcionar con gasolina o con E85 (85% de etanol y 15% de gasolina). Son pequeños trucos para superar las normas contaminantes.
Si el coupé cuesta casi 230.000 euros, el convertible se disparará bastante más. Para justificarlo le han puesto unas llantas de 21 pulgadas, unas suspensiones más bajas y algunos retoques en aletas y relieves para asumir su velocidad límite, y hacerlo más exclusivo que su hermanito, si es que eso era posible.