El referente y arquetipo de los coches híbridos tendrá dos tipos de pilas según a qué país esté dirigido, porque los equipamientos en cada mercado son bien distintos. En la mayor parte de Prius, la batería continuará siendo de Níquel-Hidruro Metálico, como en la generación que dejaremos atrás y que todavía mantiene una popularidad enorme en el sector de los taxis españoles.
Pero habrá una opción con acumulador de Iones de Litio, que son las baterías más corrientes en los vehículos totalmente eléctricos y en los híbridos enchufables. Unas pilas y otras son parejas en rendimiento y gasto energético, conque el coste del automóvil no depende de cuál se use. El motivo último de esta dualidad es una cuestión de peso. La batería de Iones de Litio del siguiente Prius pesa 16 kilos menos, cálculo que hago un tanto al grueso y sin afinar.
Iones de Litio para los Prius más completos
Estos Prius de esqueleto más liviano están pensados para las terminaciones con mayor dotación. No es lo mismo tener seis airbags que nueve; tampoco es igual un sistema de climatización general que uno regulable para cada zona del habitáculos. Atocinan el coche las pantallas de infoentretenimiento con navegadores; las cámaras de estacionamiento guiado; los controles de crucero adaptativos; los radares de ángulos muertos, y la caterva interminable de opciones que los clientes buscan.
Es por eso que Toyota juega con dos pilas distintas, mantener controlada la balanza del peso sí que ayuda a reducir consumos y gases. Sin andar muy lejos ni entrar en reflexiones sesudas, un Toyota Prius 2004 pesaba 1.375 kilos. Carecía de las sofisticaciones y la bisutería que hoy están desde la versión más ramplona, que es la ‘Eco’. Con ello, el Prius 2009 engorda hasta los 1.445 kilos. Van 70 kilos entre la generación dos y la tres.
Habitáculo indigesto
La solución de usar un acumulador u otro para el Prius 2016, considerando este argumento que explica el jefe de sus diseñadores, tiene su lógica. Lo que no veo muy razonado es la querencia por los interiores espantosos. Lo adecentaron mucho con el Prius 2009, pero desde las Citroën C4 Picasso que no veía una distribución del salpicadero más grotesca e incómoda; para pulsar la pantalla táctil o echar una mirada al cuadro de mandos hay que retorcer las vértebras lumbares hasta herniarse. Es un coche que un fisioterapeuta o un traumatólogo no se compraría.
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