A día de hoy, el Audi R8 es una superdeportivo que monta motores V8 y V10 para satisfacer a su demanda. Los V8 son de 4.2 litros y entregan 430 CV, ya sea con cambio manual de seis velocidades o automático S-Tronic de siete. Los V10, en cambio, son de 5.2 litros y entregan 525 o 550 CV en función de la versión elegida. La transmisión también puede ser manual de seis relaciones o automática S-Tronic de siete.
Son motores muy grandes, pero no nos sorprende porque son muchas marcas las que se decantan por propulsores de características similares. Sin ir más lejos, el nuevo Lamborghini Huracán esconde bajo su chasis un V10 de 5.2 litros muy similar al del R8, ya que en ese caso hablamos de 610 CV.
Más eficiencia sin restar prestaciones
En Ingolstadt están dándole muchas vueltas al tema y parece ser que han llegado a una conclusión: fabricarán motores más pequeños para la próxima generación del Audi R8. Quieren que sea más eficiente, que reduzca los datos de consumo y emisiones sin sacrificar sus magníficas prestaciones.
Ulrich Hackenberg, responsable del área de Desarrollo Técnico, ha reconocido que ya están trabajando en ello. En algunos países se verán obligados a cumplir con una serie de normativas muy restrictivas con las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Por eso no se descarta que el downsizing llegue al R8 para convertir diez cilindros en cuatro por arte de magia. Lograrlo manteniendo su comportamiento dinámico es todo un reto.
El R8 e-tron sigue en el aire
El próximo Audi R8 se fabricará en la misma plataforma que el Huracán. La fibra de carbono ganará protagonismo y mantendrá tanto la tracción quattro como la transmisión S-Tronic de doble embrague. Por lo que respecta al Audi R8 e-tron, Hackenberg ha revelado que van por el buen camino al haber solucionado varios problemas. Pese a ello, y aunque a finales de diciembre se daba por hecho, no sabremos si hay luz verde a su producción hasta dentro de unas semanas.