Todo aquel que quiera ser alguien en la innovación tecnológica, ha de llevar sus inventos al congreso anual del CES. Es la convención sobre electrónica y tecnología más influyente del mundo. Audi se acaba de llevar dos premios allí por un sistema que están desarrollando pero que puede dejar sin trabajo a muchos peritos de las compañías de seguros. Cuando el coche entra en un parking, con sus míticas columnas cicatrizadas por miles de desconsolados conductores, el vehículo aparca solo. Ni un rasguño. Y, además, luego también sale por su cuenta y te recoge a la puerta del garaje.
El sistema ya ha entrado en la fase de pruebas. Lo que primero se necesita es llenar el parking de sensores. Así el coche puede trazar una ruta y encontrar por sí mismo la plaza vacía más cercana. Al pasar la barrera de entrada en el recinto, el conductor activa el sistema mediante su smartphone y, a partir de ahí y guiándose por una red de internet WLAN de lo más típica, el vehículo cobra vida como el Transformer Bumblebee. Ya te puedes bajar y marcharte, que él estacionará solito.
Sensores y más sensores
Estos sensores del parking son láser, y van grabando los movimientos del vehículo y transmitiéndoselos al ordenador de abordo. Así la máquina sabe exactamente por dónde pasar.
Por su parte, el coche también se ayuda de 12 sensores ultrasónicos, porque toda precaución es poca. No se trata únicamente de monitorizar columnas y carriles, sino otros morros de coches aparcados que puedan salirse de su recuadro en la plaza de aparcamiento, o personas que se encuentren caminando dentro del garaje. Audi también está estudiando añadir a los sensores ultrasónicos cuatro cámaras de vídeo, como las que ahora utiliza el Nissan Qashqai 360º.
De cara a la galería, un gran invento. En cuanto a la realidad, dile a los propietarios de los parkings, que suelen estar hechos un asco, que se gasten no sé cuántos miles de euros en equipar su garaje con todo el arsenal de láseres y sensores. A pesar de todo, no os perdáis el vídeo; te quedas con la boca abierta… ¿Kitt? ¿Dónde estás Kitt? ¡Te necesito!… ¡Ya voy Michael! (esto último con voz robótica)