Un mes después del salón suizo, donde Audi enseñó al sucesor del A6 M2011 en silueta de berlina, llega el familiar Avant. Los de Audi tienen una sola fórmula y la regurgitan; las ventas les avalan, por aberrante que sea la lógica de defender un objeto con números. De una generación a otra, y ya van ocho, hay que aplicar el microscopio para que los cambios se magnifiquen. La línea de evolución de este coche es plana, y hacen falta tres o cuatro saltos de plataforma a fin de darse cuenta que, efectivamente, el vehículo ha ido mudando de forma.
Motorizaciones
Los motores del Avant son los mismos que los que monta la carrocería estándar: un 3.0 V6 TFSI gasolina con 340 CV (etiqueta 55 TFSI); un 3.0 V6 TDI diésel con 231 CV (etiqueta 45 TDI) o con 286 CV (etiqueta 50 TDI), y un 2.0 TDI de cuatro cilindros y 204 CV (etiqueta 40 TDI.)
Cualquiera de estos bloques tiene bastante novela encima, pero han ido revisándose para ganar energía y contener emisiones. Audi está entrando poco a poco, igual que la generalidad de los fabricantes, en las hibridaciones blandas.
Tal cosa consiste en un motor eléctrico con su propia batería extra y que opera a 48 voltios en lugar de los 12 convencionales, y que hace las veces de motor de arranque y de alternador. Sumando la recuperación de electricidad en las frenadas, con todo este aparataje se consigue que el motor se apague a velocidades muy bajas, o cuando se circula en autopista rasa manteniendo una marcha muy estable.
Dimensiones
Las medidas del Avant son iguales que la berlina, salvo un milímetro más de anchura y otro milímetro más de altura. En resumen, el familiar hace 4,94 metros de largo, por 1,89 metros de ancho y 1,47 metros de alto. El maletero no es especialmente grande para el tamaño del vehículo: 565 litros sin acostar los asientos traseros. Hay una constelación de modelos de envergaduras similares, con precios más elevados, y también más reducidos. Audi fabrica más bien fijándose en BMW y Mercedes, donde puja por sisar compradores de Serie 5 y de Clase E.
Transmisiones, tracción y suspensiones
El A6 VIII ya no cuenta con cambios manuales. Sólo han dejado automáticos de doble embrague (S-Tronic) y de convertidor de par (Tiptronic). Los que arriba he señalado como motores de seis cilindros en uve incorporan, sí o sí, tracción total. Esta tracción Quattro es de mecánica con diferencial autoblocante cuando el cambio es Tiptronic, y de embrague multidisco tipo Haldex si la transmisión es S-Tronic.
Un apartado en el que Audi suele emplearse a fondo es en las suspensiones. Se ofertan cuatro variables: la fija normal para sensaciones de comodidad; la fija endurecida para un regusto deportivo; la de dureza cambiante, y la neumática. La última puede, asimismo, elevar y reducir la altura entre el suelo y el coche.
Interiores, sistemas multimedios y fachada tecnológica es calcada de la berlina, y ya explanamos estas materias en el artículo que le dedicamos hace poco (consultar).
Los hinchas de Audi estarán preguntándose cuándo soltaremos prenda del S6 y del RS6. Paciencia. La información llegará en pocos meses.