En mayo del 2019, el Salón del Automóvil de Barcelona cumple 100 años. Con los zarandeos y cuitas que está viviendo la industria, un siglo sin interrupciones es un prodigio.
Audi piensa hacer aquí la premier de su pequeño A1. Será el Gen 2 de un vehículo estrenado en el 2010 y hondamente retocado en el 2015. Representa un espejo del SEAT Ibiza y el Volkswagen Polo, pero con cuatro aros en el hocico y mucho más caro. Es muy probable que debido a planificaciones de distribución, terminemos por conocerlo como un modelo 2020, en lugar de 2019.
¿Seguro que sale a cuenta comprarse según qué Audi?
¿Por qué alguien se compra un SEAT o un Volkswagen y abona un tercio más de dinero? A esto, yo no tengo la respuesta. Me he hecho la misma pregunta cada vez que me he subido en un Audi A3 y he pensado en el Golf o el León.
La chapa del coche forrará el esqueleto MQB-A0, estructura calcada a los antedichos Polo e Ibiza, y que lo más probable termine igualmente en el siguiente Skoda Fabia.
No habrá un A1 de tres puertas
Lo mismo que sus mellizos, se desechará la carrocería de tres puertas y nos quedaremos con el Sportback, es decir, con el cinco puertas. Cuando toque hablar de motores, haremos como Bill Murray en la película de ‘Atrapado en el Tiempo’. Nos despertaremos, y será otra vez El Día de la Marmota… Tocará mencionar el 1.0 TFSI de gasolina, con 95 y 115 CV; el 1.5 de 150 CV, también de gasolina, y dar parte del 1.6 TDI diésel, estratificado en 90 y 116 CV.
Versiones híbridas y GNC confirmadas
Una variación híbrida ‘e-tron’ y la consabida mezcla de gas natural y gasolina que conocemos de SEAT, Volkswagen y Skoda llegará al A1. Evidentemente, será el 1.0 TGI-90 CV.
Como pueden imaginarse quienes estén leyendo esta nota, la marca intentará endilgar por cualquier medio las cajas de cambio de doble embrague del grupo VAG, que en el caso de Audi se conocen por ‘S Tronic’.
Actualización tecnológica
Otra cuestión previsible es la conversión del puesto de conducción y el salpicadero en un teléfono móvil gigante, con el cuadro de mandos en pantallas digitales que ya estamos sufriendo en otros vehículos de Audi, y que se intenta apañar con un nombre resonante: ‘Virtual Cockpit’. Si estoy dentro de un coche, no quiero nada virtual, sino real. Pero Audi y Mercedes están enfangados en convertir los vehículos en robots de cocina con WiFi, como una Thermomix que tiene ruedas.
¿Por qué Barcelona?
Ultima pregunta: ¿Por qué el Salón de Barcelona es el lugar adecuado para inaugurar la segunda generación del A1? Menos el Skoda Fabia, a partir del 2019, todos los coches pequeños de VAG se fabricarán en la Península Ibérica. Una apuesta fuerte por máquinas que son muy solventes en calles estrechas y en carreteras y vías rápidas, y que a mí me parecen indicados prácticamente para todos los públicos, aunque no sobresalgan en ningún aspecto.
Las fotografías corresponden al A1 M2018, al que diremos adiós en unos meses.