El pacto entre marcas que se llamó ‘Open Automotive’, supuestamente impulsado por la idea de trabajar al alimón con Google, no está dando mucha señal de prosperidad o movimiento. La impresión es que Google está tirando más por su cuenta, lo mismo que Apple.
Android Auto y Apple CarPlay son los proyectos más sólidos para acabar con la diáspora de sistemas de infoentretenimiento que cada fabricante desarrolla, y que terminan costando mucho dinero a constructores y a compradores.
Cada mes de enero en Las Vegas, las presentaciones de dispositivos electrónicos punteros se hacen en feria del CES. El evento representa un escaparate tecnológico donde los desarrolladores fuertes quieren ser la influencia que timonee las tendencias a un lado o a otro.
Hay unas cuantas cosas que debemos tener en cuenta para comprender dónde nos encontramos hoy en sistemas de consolas centrales para coches, y adónde parece que irá la corriente en el 2015.
Corea
Los fabricantes de terminales Android con más impacto en ventas en todo el planeta, ya sean teléfonos o tablets, son coreanos. Asimismo, el tirón de Apple en el Este asiático y Japón por ahora mantiene su base de clientes en cifras saludables.
Tiene su lógica, entonces, que Kia o Hyundai estén apostando por un sistema ambivalente. Un Car-Aduio-Information que sirva a los portadores de la manzana y a los del robot verde también.
Las primeras pruebas grabadas en vídeo de Android Auto se han subido a Youtube en el 2014 dentro de un Kia Soul generación 2. Con Apple CarPlay, ahora las vemos en el Hyundai Sonata americano.
Precisamente es esta pseudo-tablet lo siguiente que vamos a presenciar en el CES y dentro del stand de Hyundai. Se refieren a ello como Audio Display. Tal que fuese una computadora vacía e incrustada en el salpicadero. Con un software lo suficientemente abierto como para que no necesite de actualizaciones profundas de sistema operativo. En la foto inferior se ve operando con Apple…
Simplemente, el Audio Display es un espejo. Tú tienes un iPhone, luego el Audio Display es un iPhone. La navegación GPS, la música, las llamadas y mensajes, y todas las demás aplicaciones como la que hemos visto recientemente con la Ford Service App son lanzadas desde el smartphone.
El coche sólo es una pantalla más grande y cómoda para utilizarlo.
Mirroring, streaming, pairing…
Las radios, manos libres y GPS que Android y Apple han ensayado hasta el momento se fundamentan en estas tres palabrejas; americanismos con eco de aparato científico súperavanzado.
Mirroring
Ya está explicado. Es lo que hace el Audio Display de Hyundai. Tu coche ejerce de espejo del teléfono (mirroring, del inglés mirror). En el coche ni siquiera hay un receptor de radio FM/AM. Es el smartphone quien hace funcionar la electrónica.
Streaming
La música o los contenidos de vídeo tampoco están en esa ‘tablet’ adosada al salpicadero. Van almacenados dentro del teléfono, ocupando un espacio en la memoria.
Y si no van dentro del teléfono, entonces se disparan desde la conexión de datos. Aplicaciones como Spotify emiten a tiempo real (streaming, del inglés stream, flujo o corriente) empleando la recepción por 3G, 4G, 5G, 6G, o lo que el futuro depare.
De no guardar la música en el teminal o en un pincho USB, una vez hayas escuchado esa canción que te gusta, cuando la quieras volver a oír requerirás de tu tarifa de internet contratada para tu Android o tu iPhone, porque habrá que volver a ‘emitirla’, a hacer un ‘streaming’.
Pairing
Con traducción literal: emparejamiento. Es decir, que al encender el vehículo, tu dispositivo contacta con él y se hacen siameses. Cualquier llamada o notificación que el teléfono reciba, así como las indicaciones de GPS, se podrán atender toqueteando la pantalla del coche, y será como manosear la pantalla del teléfono. Igual de peligroso si se hace mientras se conduce, pero sin que te multen.
Aquí ya te has dado cuenta de que Mirroring y Pairing son usados muchas veces como sinónimos. Siendo escrupulosos, separar las dos palabras sirve para explicar que antes de arranque a funcionar ese ‘espejo’, necesitas que se complete el ‘emparejamiento.’
Todo lo de antes y Android M
Google o Apple raramente han dado su brazo a torcer; plantear un modelo de negocio donde la consola del coche o el teléfono duren para siempre frena la inercia de la industria.
El dinero se ha de mover. Si los aparatos que se venden son potentes, haz programas y aplicaciones que demanden mayor potencia todavía, que dejen obsoletos tanto el teléfono como la tablet adherida al automóvil.
También es cierto que los sistemas de los que hemos estado hablando albergan dudas. Principalmente porque, tan pronto el teléfono se estropee, se quede sin batería o sin cobertura, no tendrás nada. Un coche sin música, ni radio, ni mapas. Ése es el handicap o defecto de las soluciones abiertas a todos los públicos.
En el caso de Android, la quinta y última versión del sistema operativo data de noviembre del 2014, y se llama Lollypop. Para los iPhone, pocos meses antes llegó el iOS 8.
El siguiente movimiento previsto en Google es una incógnita, aunque si consultas a un gurú visionario te dirá que el 2015 la versión Lollypop muere y se sustituye por Android M. Esta mañana la agencia de prensa internacional Reuters publicaba una noticia que envolvía todos los cuchicheos más oídos del año. Google enfocaría un sistema operativo para los smartphones, y otro más simplificado pero independiente para los coches; sin ‘espejos’.
El ordenador de a bordo, el audio y la navegación por satélite dependerían de internet, pero no del smartphone. Esto quiere decir que no arreglamos nada, porque te hace falta otro contrato aparte con una teleoperadora para tener servicio de datos.
Y, además, en zonas donde no llega la señal volverías a estar en paños menores. En resumen, y en palabras llanas, tendrías dos teléfonos y dos cuotas mensuales. Uno, el que llevas en el bolsillo. El otro, el que va anexo al tablero del vehículo.
En cualquier caso, la estrategia de Google va unida al proyecto a medio plazo de hacerse con el mercado del ‘coche robot’, el que se conduce solo y sin necesidad de supervisión humana dentro de circunstancias de tráfico puntuales.
Esto es un pulso. Las marcas automovilísticas han de dejarse seducir antes de lanzar una apuesta: AppleCar o Android Auto.
Por sentido común, lo que podríamos encontrarnos en el 2015 es que dentro del concesionario nos hicieran elegir la electrónica igual que elegimos el color de la carrocería: coche Apple o coche Android. Y, si la cosa va así de cerrada, ¿qué ocurre cuando la persona decide en un momento determinado cambiar de un teléfono a otro? ¿Y si el coche lo conducen dos propietarios y uno posee un iPhone y el otro un Android?
Flexibilidad en el infoentretenimiento versus entornos cerrados. Las dos opciones están sobre la mesa. Pero tampoco hay que olvidar…
Tampoco hay que olvidar a los fabricantes históricos de aparatos CAR/AUDIO. Como el que está en la imagen. Decirle al concesionario que su ‘tablet’ o radio bluetooth se la guarden ellos, y luego tú te instalas lo que te convenga.
El catálogo de estos Radio CD es escueto, pero si Apple y Google están demasiado ocupados en sus peleas de patentes y contratos, un tercero podría encontrarse con una puerta abierta. Algunos de estos artilugios funcionan para Android, otros para Apple, y otros son ambidiestros. Rara vez pasan de los 300 € en España. Y son la alternativa número tres a los jaleos corporativos.