Un preparador tan contrastado como ABT no suele hacer chapuzas. Cuando deciden aceptar un reto es porque saben que el resultado puede ser digno. Es verdad que hay tuning horrible que puede hacer que exploten tus pupilas, pero por suerte también hay empresas que se dedican a hacer auténticas obras de arte sin abusar de cambios, que al fin y al cabo son la esencia del tuning.
ABT ha vuelto a la carga con el nuevo Audi R8. En febrero os hablé de la preparación que presentaron en el Salón de Ginebra y hoy tengo que hablaros del R8 V10 que han modificado para ampliar su extenso catálogo.
Kit de carrocería
A nivel estético los cambios son evidentes. La parrilla es de nueva factura, incorpora un nuevo faldón delantero, el alerón trasero también cambia y sus llantas de aleación de 19 pulgadas vienen en acabado carbono. Éstas van calzadas en unos neumáticos de 235/35 R19 y 305/30 R19 delante y detrás, respectivamente.
Cuatro salidas de escape de acero inoxidable, dispuestas en forma diagonal y repartidas a cada lado, completan un conjunto que no se ve excesivamente alterado. Además, algunas piezas han pasado a mejor vida para dar cabida a la fibra de carbono, que ya está presente en el modelo de producción pero en pequeñas pinceladas. ¿El objetivo? Reducir todavía más su peso.
Más potencia y más par motor
La preparación se completa con un intenso trabajo que sirve para mejorar las prestaciones de este R8 V10. El motor V10 FSI de 5.2 litros que monta deja de ofrecer 525 CV y se va hasta los 600 CV. Todo ello con un par motor máximo que pasa de 540 a 550 Nm. Normal que pueda acelerar de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos hasta alcanzar los 320 km/h de velocidad punta.