Solo se han vendido 32 Pagani Huayra en Estados Unidos. La cifra puede parecer pobre, pero a más de una empresa ya le gustaría llevarse un margen de beneficio tan inmenso como el que se llevan los italianos por cada superdeportivo que venden.
El caso es que todos esos clientes han sido llamados a revisión por culpa de un defecto que por ahora no ha causado heridos ni fallecidos.
Avisados en pleno agosto
Los Pagani Huayra fabricados entre 2014 y 2016 que se vendieron en territorio yanqui tienen un problema que ha propiciado una llamada en masa que se produjo el pasado 9 de agosto. No sé si todos sus adinerados propietarios pudieron coger el teléfono ese día, pero es evidente que se han puesto en contacto con ellos porque es una cosa seria.
La NHTSA, el organismo que se encarga de «salvar vidas, prevenir heridas y reducir los accidentes de vehículos», ha desvelado que existe la posibilidad de que el airbag frontal del conductor se despliegue de forma indebida, lo que puede provocar heridas muy graves y hasta la muerte como hemos visto en el caso de Takata, aunque a fecha de hoy no hay constancia de que se haya registrado ni una sola incidencia al respecto.
Fácil solución
Por lo visto, el desperfecto tiene que ver con una holgura en los orificios que sostienen la tapa del volante. El entuerto, eso sí, se resuelve en unos 30 minutos, o al menos eso es lo que se puede leer en la carta que han enviado a los propietarios afectados.
Queda claro que no hay ni un solo fabricante en el mundo que sea capaz de garantizar la fabricación de un coche perfecto. Cualquier modelo, por artesanal que sea su proceso de producción, puede contar con un defecto.