Y eso que los Estados Unidos han sido hasta la fecha la tierra prometida para los bávaros. Pero este último año han cambiado las tornas, y Mercedes le ha sacado un 7% en crecimiento a BMW y se sitúa como líder de esta particular contienda. No quiere decir que BMW se hunda en la miseria, porque también crece, sólo que a un ritmo que los está dejando atrás con respecto a la marca de la estrella. Además, en estos datos no cuentan Mini o Smart, submarcas que también tiene un éxito rotundo en las Américas.
El punto de inflexión en la tendencia ha sido el giro radical que Mercedes ha dado como marca. Todo empieza cuando aparece la última Clase C y el GLK. A partir de aquí, Mercedes consigue en un año colocar 5.221 coches más que BMW.
El cliente estadounidense valora más que el europeo las cuestiones de la eficiencia y la etiqueta de “ecológicos”, y en esto Mercedes está proyectando un mejor marketing que BMW, porque no cesan en desarrollar más y más concepts de vehículos de hidrógeno.
Pero hay que insistir en que todo se fundamenta en la imagen que das. En estos momentos, Mercedes está anunciando un mayor número de nuevos productos, son más agresivos en su plan de ataque, y algunos de estos productos son realmente atractivos para un mercado que ha adoptado muy bien la hibridación y la impulsión eléctrica.
Una jugada maestra
Sin ir más lejos, habrá que esperar a ver cómo reciben al Clase B Electric Drive que acapara en este artículo todas las fotos. Está ahora mismo en París y homologa 200 km de autonomía dándole al conductor 135 CV de potencia. Es un golpe rotundo al que BMW ni siquiera ha reaccionado. Y el que diga que no tiene un diseño muy seductor es que no tiene ojos.
Obviamente, el pedigrí deportivo también es muy valorado en los EE.UU., y aquí las cosas están más reñidas, pero el apellido AMG está calando hondo. La última bomba atómica de Mercedes también va a dejar K.O. a BMW. Me refiero al Clase A. Poniéndome mi túnica de vidente, auguro que este compacto va a cambiar las reglas del juego.