Citroën C3 1.2 PureTech 83 S&S YOU! contra SEAT Ibiza 1.0 MPI 80 Reference XM S&S; se nos va el 2023 en España

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Vamos a compararlos, porque son dos calcomanías y hay que usar microscopio para ver las diferencias. Aun con todo, por esas sutilezas puede que nos convenza uno u otro.

Datos de interés:

-Los dos son modelos presentados en 2017, que aumentaron sus medidas con respecto a sus antecesores. Para muchas personas y necesidades, ya se han hecho demasiado grandones.

-Las versiones que comparamos tienen unos motores que se comercializan desde 2013 (Citroën) y 2015 (SEAT), aunque se han ido patentado rectificaciones a lo largo de este tiempo. Más que nada, lo que se ha variado es la programación de las centralitas. En el caso de SEAT, las modificaciones al motor le han subido la potencia, pero le han aguachinado un poquitín el par máximo. Actualmente cumplen la Euro6 y tienen etiqueta verde de la DGT.

-Interiores y carrocerías se retocaron entre el año 2021 y 2022 con un acierto debatible. En el caso de SEAT, se perdió la instrumentación analógica.

-Ambos emplean el mismo tamaño de ruedas: 185/65 R15, la especificación es 88H. Es decir, los dos llevan ‘neumáticos de verano’ que soportarían una velocidad de 210 km/h y una carga adicional de media tonelada.

–El color sin sobreprecio en el Citroën es un gris amarronado y en el SEAT es rojo.

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–El depósito de gasolina en el SEAT es de 40 litros y en el Citroën es de 45 litros. El maletero más grande es el de SEAT, que marca 355 litros, mientras que el de Citroën dice que encaja 300 litros.

Convertirlos a GLP es sencillo y está más que probado, indicado para aquellos que desean duplicar la autonomía o hacerse con una pegatina verdiazul en España, pegatina que, ténganlo bien claro, no sabemos lo que durará.

–Tanto uno como el otro tienen hoy una recomendación de cambio de aceite a los 15.000 km. o un año.

–El C3 en 2020 empezaba en 12.600€, ahora no baja de 16.215€.

–El Ibiza en 2021 empezaba en 13.560€, ahora no baja de 14.450€.

Medidas (compruebe que podrá estacionar y circular por donde habitualmente lo hace, sobre todo por la anchura):

–Longitud. En el Citroën son 3,99m. y en SEAT son 4,06m.

–Anchura. 1,75m. para el Citroën y 1,78m. para el SEAT.

–Altura. El C3 hace 1,47m. y el SEAT hace 1,44m.

–Batalla (distancia entre eje delantero y trasero). 2,54m. el C3 y 2,56m. el SEAT.

–Ancho vía delantera: Citroën, 1,47m. y SEAT, 1,52m.

–Ancho vía trasera: Citroën igual que la delantera, 1,47m. SEAT mide en su vía trasera 1,50m.

Motor. Los dos son de aspiración natural, ciclo Otto, tres cilindros, inyección indirecta multipunto, cuatro válvulas por cilindro, distribución por correa y aluminio en bloques y culatas. En el Citroën, el motor tiene 200 centímetros cúbicos más de capacidad (1.2L. contra 1.0L.) El C3 consume algo más, no mucho, pero algo más. También tiene un punto extra de reprís y da el par máximo antes. El motor del Ibiza opta por aprovechar más la mezcla de aire y gasolina haciendo que la relación de compresión sea más alta.

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Conclusiones finales

Ventajas. El Citroën supera al SEAT en la visibilidad que tiene la persona a los mandos y en que diferentes anatomías y estaturas se adaptan muy bien al asiento de conducción. Sin embargo, el SEAT tiene un ajuste aerodinámico, de dirección, transmisión y suspensión que lo hace muy complicado de criticar.

Desventajas. Una cosa por la otra, es difícil decidir entre estos coches por su rendimiento, equipamiento, sensaciones de conducirlos, etcétera. Lo que sí tenemos claro es que los PureTech y su correa húmeda han reportado sonadas y mediáticas averías. Hay que ser estricto con los kilometrajes de revisión y el aceite que se vaya a usar. Stellantis está a un paso de caer en desgracia y llevarse por delante todas sus marcas.

¿Por qué no Renault Clio/Mitsubishi Colt, MG ZS o un Hyundai i20? ¡Hay motorizaciones de coste parecido! Vuelva usted a la casilla de «sobrevivir con las siguientes premisas» y fíjese en el epígrafe dos y en el tres. Es por la misma razón que no incluimos en esta comparativa un C3 o Ibiza con distintos acabados o motores.

Estos otros vehículos mediano-grandes van sobreempancinados de microchips, los mantenimientos y reparaciones son propensos a ocasionar tragedias y las averías tienen el potencial de encajonar el vehículo en el taller durante semanas y semanas sin que nadie sepa qué le pasa al trasto, por qué no funciona o por qué no hay forma de que lleguen las piezas solicitadas. Las pólizas de los seguros son igualmente más onerosas.

El objetivo en este artículo es sobrevivir y salir del paso con las siguientes premisas:

1–Coste de la operación de compra lo más reducido posible, a sabiendas de que son coches mediano-grandes.

2–Costes de mantenimiento lo más ajustados que podamos. El precio de las piezas de recambios, la disponibilidad de tenerlas por varios proveedores sin demoras y la sencillez de sustitución en el taller discriminará un susto de un IAM (Infarto Agudo de Miocardio).

3–Impuestos y pólizas de seguro que eviten derramamientos de sangre. Esto viene condicionado por los dos factores anteriores, es evidente.

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Son las otras opciones al Dacia Sandero

Pasados tres o cuatro años, ya hablaremos de cuál es el panorama. Mientras le damos carpetazo al 2023, en España sólo hay una respuesta para las gentes que busquen descomplicarse: Dacia Sandero y ya. Esto se dice así, a brocha gorda y sin que medie un encariñamiento particular por este vehículo desde Motor a Fondo.

¿No le gusta el Sandero? Al que le ha tocado redactar este suelto, ni fú, ni fa. Es más que aceptable y cumple el objetivo.

Está la posibilidad de que no haya a mano una concesión Dacia o que, así de directo, no le dé la gana a usted de acogerse a este turismo. ¿La persona está dispuesta a pagar entre 2.000 € y 3.000€ más con tal de salirse del Sandero?. De acuerdo, pero en la Península Ibérica sólo quedan dos alternativas más: SEAT Ibiza y Citroën C3.

Si es caso que alguien deba adquirir dentro de España un coche mediano ahora y por necesidad imperativa, con la que está cayendo desaconsejamos cualquier segunda mano, ocasión, kilómetro cero, etcétera. A menos que provenga de gente que conozcamos bien y hagamos una compraventa privada.

Tampoco recomendamos contratos de alquiler, da igual los intervalos de tiempo que duren o las nomenclaturas floreadas que les pongan. El primero que ya está calificado de usura es el que menciona una «última letra», después de no sé cuántas mensualidades con o sin entrada.

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