El grupo alemán le sisa del catálogo otro coche a SEAT y perjuran con lo de ser una ‘marca’ que inventa coches «de alta gama y altas prestaciones» (sic). Aparte de deshuesar a SEAT tal cual hacen los carteristas con los turistas alelados, CUPRA suspende otro examen, en esta ocasión catea con el Ateca de 150 CV.
Un motor que nada tiene que ver con lo que nos venden
Formentor, León y ahora Ateca, que llevan el 1.5 TSI de 150 CV, que es un bloque medianero y correcto, pero ni en una sesión de hipnosis pasaría por deportivo. El único con esta motorización que cuela como espléndido al volante es el SEAT Ibiza, incluso cuando le han retirado el cambio manual. El argumento más trillado al hacer estas chalanerías, pues maniobras de este jaez se ven a menudo en todas las casas, es que «esto es una empresa y estamos para ganar dinero». La lógica sería correcta, siempre que no te anunciases como una empresa que hace perfumes y luego le vendieras a la gente agua de colonia, porfiando además en que tu aguachinado se trata de un perfume y que cuesta tanto como el perfume. Y éste es el caso que nos ocupa con CUPRA.
En el León, el 1.5 TSI funcionaba la mar de bien pensando en SEAT; en el propio León, en el Formentor y en el Ateca, mirándolos desde CUPRA, flojean. Al precio que los traen y con esos escapes de pega, que frecuentan en casi cualquier marca, parecen una broma pesada. Duele por la gente de Martorell y toda la industria auxiliar que se les asocia, que merecen algo más, en vez del traslado de sus modelos a fábricas de otros países.
Una marca sin rumbo mientras SEAT agoniza
Ver a SEAT conectada a una máquina de soporte vital y comatosa es algo que escuece. Choca leer y escuchar a tantos compañeros de este oficio reírle las gracias a Volkswagen AG y agachar la cabeza, tecleando y diciendo lo que les dictan. Es la pelea por el ‘click’, el «me gusta», el «reenviar» y las visualizaciones del canal en Youtube, Twitch, Kick, Tokyvideo o la melonada que venga después.
El Ateca 2.0 TSI de 190 CV asimismo ha aparecido en CUPRA y se ha esfumado de SEAT con las habilidades de los tahúres y los trileros. Hacia dónde va CUPRA aún se desconoce, pero, entre presentaciones de chichinabo con eventos ridículos, envueltos en luces de discoteca, de casa de citas o de oligofránicos de videoconsolas, a los que invitan a unos cuantos plumíferos zalameros y después se dan autobombo en premios endogámicos de ‘márketing’; entre toda esta pantomima, repito, nadie tiene la menor noción de qué van a hacer mañana por la mañana en la oficina.
SEAT vuelve a los números positivos gracias a CUPRA, dicen los titulares. ¿Y dónde están los otros sueltos que expliquen cómo Volkswagen quita un turno y hace un parón este verano en una de sus fábricas de Alemania, porque los eléctricos no los venden ni a martillazos? Esta noticia actual se comenta bien poco, y las últimas nuevas de Martorell es que se adjudican aquí sólo modelos eléctricos. Las cacareadas Hojas de Ruta, las «soluciones de movilidad» y el futuro eléctrico, jerigonza que vamos improvisando según convenga. Mientras se echa de menos una sola idea original y viable, vamos desvistiendo a un santo para vestir otro; charranadas de ilusionistas y de escaparatistas.
Al muñeco se le ven los hilos, gente. La versión 190 CV se lanza en España con 45.760 €, eso son más de 5.000 € de lo que se pedía en SEAT. Con la de 150 CV les falta contarnos el chiste del precio, pero darán las mismas ganas de reír.