Los chanchullos entre marcas de coches

Yaris-2020-hibrido

A medida que la automoción se despizca y a las ventas no hay quien las reanime, van proliferando estos cambalaches entre fabricantes. Fueron casos puntuales hace veinte años, hoy se ve uno nuevo cada semana. Se intenta invertir poco en desarrollo, pues no se tiene una idea clara de qué hay que desarrollar: ¿eléctricos?, ¿híbridos?, ¿pilas de hidrógeno?, ¿motores de combustión y combustibles sintéticos?

Como no hay ni una pista de qué manera se puede frenar la caída libre y no se recupera el aliento porque estamos de naufragio crematístico, los marquistas sobreviven con traspasos y cesiones. Toyota está bastante suelta, en este sentido. El anterior intercambio de cromos fue con Suzuki, a quien cedió su Corolla híbrido con carrocería de vagoneta y lo llamaron Suzuki Swace ‘2020’.

Mazda da su brazo a torcer con los híbridos

Este mes se ha anunciado el siguiente modelo revendido a intención de que las fábricas sigan marchando: el Yaris ‘2020’ con motor híbrido.

Mazda siente poca inclinación por los híbridos, al menos hasta la fecha de esta publicación. Pero debe haberles parecido un buen complemento para su gama Mazda2. El utilitario se renovó en 2015 y desde ese punto ha menguado la oferta mecánica hasta dejar sólo el 90 CV de gasolina, que es una hibridación suave cuando viene con cambio manual, y por ello se lleva la pegatina de ECO en España. Han perfilado asimismo algunos detalles de confort y de carrocería. Pero no llegan noticias de un cambio integral.

Este Mazda2 va a convivir con el vehículo traído de Toyota hasta que escampen los nubarrones económicos.

El Yaris de cuarta generación es un proyecto que ha sido muy celebrado en la prensa; dicho así, a brocha gorda y sin entrar en detalles. Con respecto al Yaris del 2012, ha crecido por los cuatro costados y parece que su unidad de potencia híbrida empuja un poco más rumbosa, pese a que la transmisión deslustra cualquier mejora en el sistema impulsor.

Yaris-2020-hibrido

Un Mazda poco Mazda

El Mazda2 Hybrid o Toyota ‘mazdeado’ hace el mismo efecto que una tiza rechinando en una pizarra. Diez años de publicidad para que el público se aprenda las palabras «Kodo Design» tirados al basural. No pega ni con cola en un concesionario de Mazda, pues nadie se ha molestado en trocar ni una óptica ni un aletín.

No decimos que esté eso mal ni bien, salvo que los compradores que gusten de este Yaris tendrán que ir adonde la factura sea más pequeña; a lo mejor en Mazda el trato les queda más ventajoso, y ése es el único criterio que se puede aplicar para diferenciarlos.

Las unidades de potencia en el coche son dos, que trabajan en conjunto: un motor de tres cilindros y 1.5L. de cubicaje que funciona con gasolina, más un motor eléctrico que empuja al alimón con la mecánica de combustión. Hay otro motor eléctrico muy pequeño que sirve de alternador y alimenta los sistemas eléctricos del vehículo. Son 116 CV que relucen poco, aunque con una entrega de par bastante regular. Pero esto ya lo saben quienes se han interesado por el Yaris y se han mirado dos o tres manuales.

Hay preparados cuatro paquetes de equipamiento en Mazda y, como se dijo arriba, hay que prestar atención a los precios, si se da el caso que alguien busque un utilitario híbrido. Empieza a estar muy concurrida la plaza y ya hay codazos por una parcela que había sido japonesa por tradición. Los franceses se han metido en el asunto y los alemanes y los italianos todavía se lo están pensando: no es para menos. Con una calculadora en la mano, un híbrido pequeño que se aparte de los semáforos y atascos tiene las mismas dificultades de amortización que un diésel pequeño, y su amistad planetaria es un tanto borrosa, con muchas preguntas por contestar.

Con una vista más amplia, hay que pensar que en las Américas el trato es al revés: Toyota vende como Yaris de gasolina (cinco puertas y sedán) un Mazda2. Dado que ya se han hecho un par de trueques entre las dos casas, es posible vengan más.

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