En el sector de la automoción, un colector de escape también es conocido como lumbrera o múltiple. Se trata de una unión de tubos o conductos que se unen al escape del vehículo con la finalidad de recibir del motor los gases que resultan de la combustión. Son los gases que se expulsan al exterior, los mismos que podemos calificar de culpables de buena parte de la contaminación del aire.
¿Dónde va colocado y qué piezas lo forman?
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El colector de escape de un coche va colocado en el lateral de la culata, anclado con una junta de escape que permite que el acoplamiento sea perfecto. Los dos elementos en cuestión están preparados para soportar altas temperaturas , que son las que generan los gases de combustión. Se fabrican en fundición de hierro y eso hace que sea posible prevenir posibles escapes que puedan provocar una bajada en el rendimiento del motor.
El funcionamiento del colector de escape
A través de los cilindros y el colector de escape salen los gases de escape. Son varios tubos del mismo tamaño y el mismo diámetro los que se encargan de dibujar el camino que siguen los gases que hay que expulsar. En ese sentido, el número de tubos es idéntico al número de cilindros que lleva el propulsor. Desde ahí se canalizan hacia el catalizador, que es como una especie de filtro que tienen que pasar antes de deslizarse por el tubo de escape y el silenciador.
Tanto el turbo como la válvula EGR están ubicados en el colector de escape, si es que se trata de un modelo que los incorpora. El turbo aprovecha la velocidad de los gases quemados para impulsar tanto su turbina como la de admisión. La válvula EGR, por su parte, admite un porcentaje de gases de escape hacia la admisión que empobrece la mezcla para que la combustión se mantenga dentro de los límites medioambientales permitidos.