Kia, como tantos fabricantes están haciendo, sigue trabajando en la búsqueda de nuevos modelos SUV con los que inundar su catálogo. Son los que más se venden y quieren que su oferta sea lo más variada posible, ya que de esta forma podrán llegar a un público más amplio.
El SUV en el que están trabajando es compacto. Lo sabemos porque ha sido cazado con camuflaje. Por tamaño se sitúa entre el Stonic y el Sportage, y por lo visto estará preparado para sortear caminos con algo de dificultad. Digo «algo» porque solo dispondrá de tracción total, así que no será un coche ideal para meterse en según qué jardines.
Buenas intenciones
A falta de nombre comercial, lo que sí podemos afirmar es que dispondrá de unos neumáticos más anchos de lo normal, barras longitudinales en el techo y unos paragolpes que no pasarán desapercibidos por su volumen. Además, también es de esperar que en el habitáculo se aprecien materiales de más calidad que en el Ceed.
Apartado mecánico
Tendrá mucho que ver con el compacto de la casa, tanto que podría compartir motores gasolina turboalimentados T-GDi de 1.0 y 1.4 litros con potencias de 120 y 140 CV respectivamente. También se podrá pedir el 1.6 litros CRDi disponible con 115 y 136 CV.
En lo que a cajas de cambio se refiere, Kia ofrecerá dos opciones: manual de seis velocidades o automática 7DCT de doble embrague y siete marchas. Aunque no tendrá tracción a las cuatro ruedas, está por ver si los surcoreanos incluirán un modo offroad para mejorar su comportamiento en terrenos complicados.
Presentación para el año que viene
¿Cuándo será presentado? Es pronto para decirlo, pero todo apunta a que su puesta de largo tendrá lugar en el Salón de Ginebra de 2019.