Como vengo diciendo desde hace mucho tiempo, ni siquiera los fabricantes premium están a salvo de las llamadas a revisión. El último ejemplo nos lo da BMW, que se ha visto en la obligación de avisar a 1,6 millones de clientes por riesgo de incendio.
Un problema que viene de lejos
Lo que sucede no es nada nuevo y afecta a vehículos que han vendido en todo el mundo. En Corea del Sur se llevaron un buen susto cuando más de 20 unidades ardieron por culpa de un defecto en el módulo EGR, que es el sistema que se encarga de que la recirculación de gases de escape sea correcta en sus modelos diésel.
Esta vez ha sucedido lo mismo, y la noticia llega después de que con anterioridad se vieran obligados a revisar y reparar 480.000 unidades diésel vendidas entre Asia y Europa. Se han visto obligados a analizar el problema en profundidad y se han dado cuenta de que los motores diésel pueden dar este problema tan peligroso, así que han decidido convocar una llamada a revisión muy amplia que seguramente no será la última.
Por lo que hemos podido saber tras el comunicado enviado por BMW, los coches afectados fueron fabricados entre 2010 y 2017. En todos ellos hay riesgo de que se produzcan fugas de glicol en el sistema de refrigeración del EGR, lo que mezclado con hollín a elevadas temperaturas es cuanto menos peligroso.
Pronto empezará el goteo de clientes preocupados
Otra conclusión a la que han llegado es que solo puede suceder cuando se circula a una velocidad considerable durante bastante tiempo, así que no afectaría a quienes cogen el coche para moverse por la ciudad. Sea como sea, es un problema serio que hay que resolver cuanto antes, así que los clientes afectados podrán pasar por los talleres que se especifiquen para tener la certeza de que jamás van a verse envueltos en un incendio por dicho motivo.