¿450 CV no son suficientes? Hay quienes piensan que no, ya que de lo contrario Ford Performance y Roush no habrían trabajado codo con codo en la sobrealimentación del motor V8 «Coyote» de 5.0 litros del Mustang 2018, que como bien sabes es un propulsor atmosférico que da la talla bajo el capó del famoso muscle car americano.
Disponible dentro de unos meses
A principios de 2018 y estará listo. Pasará a ser un V8 de mucho cuidado, ya que entregará 710 CV y 827 Nm de par máximo. Por ahora no sabemos en qué se traduce dicha ganancia de potencia y par en lo que a prestaciones se refiere, pero no hay que saber mucho de ingeniería para imaginar que tanto la aceleración como la velocidad máxima del Mustang mejorarán considerablemente.
El kit de compresión volumétrico contempla todos los cambios necesarios para que el Mustang acepte bien su implantación. Calibran el coche en consecuencia, lo mismo que se puede decir del Ford F-150 con motor V8, que en este caso se eleva hasta los 649 CV y 813 Nm.
Dicho kit lo puedes instalar por tu cuenta si te consideras un manitas y quieres ahorrar dinero, pero debes saber que hacerlo en un concesionario oficial Ford o en un taller con certificación ASE (Automotive Service Excellence) tiene premio. ¿Qué premio? Mantener la garantía de fábrica, que no es poco.
Cambio manual o automático, da igual
El subidón de potencia y par está disponible tanto para la versión con cambio manual como para la automática. Esta última, como seguramente ya sabrás, ha pasado a ser de diez relaciones tras la actualización del Mustang.
No es lo único que ha cambiado, ya que también incorpora un nuevo cuadro de instrumentos digital y un sistema de amortiguación opcional para el GT con la opción del Pack Performance. Son los MagneRide que también monta el Shelby GT350 y se caracterizan por ser magnetoreológicos, lo que les permite leer la carretera en tiempo real para ajustar el tarado en un abrir y cerrar de ojos.