El Salón del Automóvil de Frankfurt nos está regalando presentaciones de modelos tan espectaculares como el Aspark Wol, un hiperdeportivo eléctrico cuya carta de presentación impresiona. Más que nada porque puede acelerar de 0 a 100 km/h en 2 segundos, una cifra con la que aspira a convertirse en el coche más rápido del mundo.
Potente y muy ligero
Su motor no es nada del otro jueves en lo que a potencia se refiere. Podríamos pensar que con sus 435 CV y 800 Nm de par sus creadores se han inventado que acelera tan rápido. Sin embargo, las cosas cambian cuando te enteras de que está fabricado con fibra de carbono y solo pesa 860 kilos.
Tan solo mide 99 centímetros de altura (es uno de los coches más bajos del mundo), así que no es de extrañar que sus puertas se abran hacia delante. El alerón trasero es considerable y lo mismo se puede decir de sus neumáticos, que están preparados para recorrer kilómetros y kilómetros a altas velocidades.
La autonomía le penaliza
Aspark, una compañía dedicada a los robots médicos que empezó en el mundo de los coches eléctricos en 2014, ha sacrificado la autonomía para que pueda ofrecer unas prestaciones de escándalo. De ahí que solo pueda recorrer 150 kilómetros sin detenerse, una cifra que a día de hoy se queda muy corta.
En total cuenta con cuatro motores con los que se mueve a una velocidad endiablada. Normal que hayan recurrido al eslogan «la luz del relámpago precede al sonido del trueno» para darle bombo a su presentación. Ahora solo falta saber si algún día llegará a producción en una tirada limitada de unidades. Por ahora los responsables de Aspark no sueltan prenda.
Fotos del Aspark Owl
