A estas alturas no debería sorprendernos nada. Tal y como destaparon anoche en «El Objetivo» de laSexta, resulta que el nuevo director de la Dirección General de Tráfico (DGT) está viviendo en un piso de la Guardia Civil por la patilla, sin pagar ni un solo euro.
Gregorio Serrano se beneficia del amiguismo, del chanchullismo político que tanto se estila en España. Juan Ignacio Zoido, ministro del Interior con quien trabajó en el Ayuntamiento de Sevilla durante muchos años, es quien ha permitido que pueda disfrutar de un privilegio reservado a los miembros de la Guardia Civil. Las únicas personas que no forman parte del cuerpo y tienen derecho a ello son el director de la Guardia Civil y el jefe del gabinete técnico, así que estamos hablando de una maniobra irregular.
No necesita regalos
Serrano, que se embolsa unos 85.000 euros al año por hacer su trabajo al frente de la DGT, no tiene que preocuparse por pagar un alquiler o una hipoteca como todo hijo de vecino. Puede vivir gratis, y encima va a disfrutar de una reforma valorada en 50.762 euros que ha sido adjudicada a Mercon Obras SL. ¿Sabes quién pagará esa reforma? Los ciudadanos, los mismos que tienen que aceptar recortes en educación y sanidad porque los presupuestos del Estado no gustan en Bruselas.
Que no falte de ná
Queda claro que no será una obra cualquiera. De entre las partidas contempladas, destacan el falso techo de escayola por valor de 2.325 euros y la tarima flotante de roble por 4.000 euros. Y eso por no mencionar un armario con puertas correderas valorado en 2.392 euros. ¿Tan mal están los armarios de IKEA?
Como no va a poder vivir allí durante un tiempo hasta que terminen las obras, en estos momentos el señor Serrano duerme en un hotel. Lo que no sabemos es cuánto cuesta y quién lo paga, aunque podemos intuir las respuestas.
En fin, el nuevo mandamás de la DGT no empieza con buen pie. Esta clase de privilegios son los que hacen que la gente se caliente y no entienda lo que está pasando en este país.