El nuevo Ford Fiesta se ha espabilado una barbaridad para competir en el Campeonato Mundial de Rallyes que arrancará el año que viene. Los estadounidenses han confiado en M-Sport y no se han equivocado con la elección, ya que el utilitario ha experimentado una transformación que nos permite hablar de una bestia que sorprende tanto por dentro como por fuera, y todo ello sin incumplir ni un solo punto de la normativa del WRC, que como viene siendo habitual ha vuelto a cambiar para desgracia de los ingenieros más perezosos.
Motor EcoBoost, cómo no
Bajo el capó encontramos un motor marca de la casa, un clásico que funciona a las mil maravillas. Se trata del propulsor EcoBoost, un gasolina de cuatro cilindros y 1.6 litros que entrega 380 CV de potencia y 450 Nm de par máximo para que pueda desenvolverse con soltura.
La caja de cambios asociada es una secuencial de seis velocidades, mientras que la suspensión, que ha sido retocada por M-Sport, es totalmente ajustable. También llaman la atención sus nuevos discos de freno con pinzas de cuatro pistones, preparados para detener a la fiera en plena competición.
Satisfechos con su preparación
Malcolm Wilson, una de las voces autorizadas dentro de M-Sport, reconoce que han tenido a su disposición el presupuesto necesario para crear una máquina casi perfecta. Lo han diseñado prácticamente desde cero y consideran que es uno de los modelos más cañeros que han conducido desde que se dedican a esto.
A nivel estético, tal y como puedes comprobar en las dos imágenes que ilustran este artículo, no han escatimado esfuerzos a la hora de mejorar la estabilidad, la aerodinámica y la refrigeración del motor. Prueba de ello es el alerón gigante que monta en la parte trasera o sus llamativos paragolpes.
Hasta ahora, en M-Sport han recorrido unos 7.000 kilómetros con este Ford Fiesta WRC que amenaza con acabar con la hegemonía del Volkswagen Polo R WRC del francés Sébastien Ogier.