El freno electrónico de cuña es un nuevo sistema de frenado que de bien seguro desbancará en un futuro al convencional sistema de frenado hidráulico que muchos de vosotros ya conoceréis.
Con esta innovación que llega al mundo del motor para quedarse, es posible lograr una frenada más rápida y precisa en condiciones adversas. Cuando se produce el frenado, un motor eléctrico de 12V presiona la cuña que va conectada a la zapata del freno. La rotación de la rueda y la fricción que resulta refuerzan automáticamente el efecto de la cuña. Así, conseguimos frenar con más potencia con el mínimo esfuerzo.
Otro beneficio del freno electrónico de cuña es el incremento de la seguridad que aporta, puesto que ofrece más estabilidad y mejor maniobrabilidad. También implica una reducción de costes y está comprobado que su mantenimiento es más sencillo. En definitiva, todo son ventajas.
Prueba para compararlos
Para que os hagáis una idea de su eficacia, se llevó a cabo una prueba bajo un terreno nevado y helado para comparar el sistema de frenada hidráulico con el electrónico de cuña. El resultado fue que con los frenos hidráulicos el vehículo frenó en 75 metros marchando a una velocidad de 80 km/h. En las mismas condiciones, el frenado electrónico de cuña fue capaz de frenar en tan sólo 65 metros. Esos 10 metros de diferencia pueden salvar muchas vidas.
Este tipo de frenos electrónicos de cuña se prevé que se incorporen a la producción de coches en el año 2010. Hay que destacar que es una innovación de la multinacional Siemens, que a partir de ahora se embolsará una importante cantidad de dinero por el tema de las patentes. No hay nada como inventar algo, patentarlo y que te sigan.