DS ha tomado una decisión lógica basándose en los resultados que estaba obteniendo en el Reino Unido, uno de los mercados en los que pretende ganar más presencia en los próximos años.
Resulta que solo un 3% de los DS 5 vendidos son híbridos, motivo por el cual han decidido cargarse la versión más ecológica de la gama.
Una situación insostenible
Teniendo en cuenta que los concesionarios se han quedado con unidades que todavía no han salido de los mismos, hay que hablar de fracaso absoluto. De hecho, el fracaso es general, ya que el DS 5, sumando las ventas de todas sus versiones, no encuentra su sitio en un mercado en el que podría tener a su clientela.
Las claves del trompazo están bastante claras. ¿Cómo pretendes vender un coche de sus características al precio de un BMW Serie 3? Es verdad que los DS no tienen nada que ver con Citroën en términos de lujo y equipamiento, pero no menos cierto es que todavía están lejos de llegar al nivel de los fabricantes premium. Me refiero a hechos, pero también a percepciones. A los consumidores no les ha dado tiempo de crear una imagen brillante de la marca del Grupo PSA, así que deberían tener más paciencia a la hora de colocar precios.
Su consumo medio no es una maravilla
Si a lo que acabo de decir le sumamos que los híbridos no terminan de despegar en Europa, a uno le cuadra el pobre porcentaje de la versión que acaba de desaparecer. De hecho, sus cifras de consumo medio no justifican su compra, ya que se va hasta los 3,9 l/100 km, una cifra similar a la que registran el 2.0 TDI de Audi o el BMW 320d.
Así las cosas, en el Reino Unido ya solo se pueden configurar tres versiones diésel del DS 5: 1.6 litros de 120 CV, 2.0 litros de 150 CV y 2.0 litros de 180 CV. La más barata de todas cuesta 26.950 libras, que al tipo de cambio actual son algo más de 30.000 euros. ¿Así pretenden triunfar?