En Porsche están encantados de la vida con el Macan, un modelo que les ha ayudado a incrementar sus beneficios de forma considerable. Ya les pasó cuando lanzaron el Cayenne, que les costó las críticas de miles de puristas, pero esta vez todo ha sido mucho más fácil. Lo ha sido porque el camino ya estaba hecho y porque el mercado está repleto de SUVs. De hecho, incluso quienes criticaron este tipo de carrocerías se han acabado comprando un SUV, haciendo bueno eso de que nunca hay que decir «de este agua no beberé».
Tocará esperar
Más de uno querrá beber de la versión coupé que podrían lanzar cuando esté lista la segunda generación, algo que no sucederá hasta 2020 como mínimo. No hay que olvidar que el Macan llegó a los concesionarios a finales de 2013 y su restyling está programado para 2017. Actualizarán su aspecto, ampliarán el catálogo de equipamiento y añadirán una versión híbrida, pero en ningún caso asistiremos al nacimiento de un Macan Coupé porque su actual plataforma no está preparada para ello.
Una versión con mucho sentido
El Macan II sí que nos dará esa posibilidad que ya han explorado otras marcas como BMW (con su filosofía Sports Activity Coupé) o Mercedes-Benz (con el GLE). Es una fórmula que funciona y es normal que se quieran subir al carro, sobre todo teniendo en cuenta que una carrocería más deportiva logrará transmitir con más facilidad el espíritu de una marca que nació para deleitarnos con sus deportivos, no con modelos que están tan despegados del asfalto.
Nota: La imagen que ilustra este artículo es una recreación proporcionada por RM CarDesign.
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