Mazda está trabajando muy bien con sus motores. Esto no lo decimos porque sí, lo decimos porque acaban de presentar dos nuevos modelos que conseguirán cumplir con los objetivos de reducción de las emisiones que se habían fijado. Concretamente, hablamos del SKY-G gasolina y el SKY-D diésel.
Con ello es posible reducir las emisiones en hasta un 30% gracias al gran trabajo realizado en el apartado de la inyección directa, las frenadas regenerativas, las bombas de agua desconectables, etc. Además, incorpora una nueva transmisión automática llamada SKY-Drive que todavía mejora más las prestaciones.
El SKY-G ha sido fabricado basándose en los actuales motores DISI 2.0. En igualdad de condiciones, consumen un 15% menos que los DISI. Esto es gracias a cambios en la duración de la combustión, en el rango de expansión, en el control de volumen de entrada y en el coeficiente de fricción.
Los SKY-D, por su parte, mejoran a los actuales 2.2. Todo ello sin perder potencia (siguen siendo de 125, 150, 163 y 185 CV). Hay mejoras tanto en el turbo como en la cámara de combustión. Esto equivale a una elevación del par máximo a altas y bajas vueltas. En este caso, la mejora del consumo en igualdad de condiciones es de un 20%.
Por último, decir que la nueva transmisión automática es de 6 velocidades. La SKY-Drive reduce el tiempo de cambio de marchas y permite un ahorro extra de combustible del 5%.