No encontrarás ni un solo Bentley de cuatro puertas más rápido que el Flying Spur W12 S que nos ocupa en este artículo. Se lo van a llevar al Salón de París para sacar músculo, pero también para alimentar las ventas de una berlina que despierta pasiones por el lujo y la deportividad que es capaz de ofrecer.
Más potencia y mejores prestaciones
La mejor noticia posible es el estreno de un motor de doce cilindros que entrega la friolera de 635 CV y 820 Nm de par máximo a partir de las 2.000 rpm. Comparado con el Bentley Flying Spur convencional, da un salto de 10 CV y 20 Nm que nunca está de más.
La caja de cambios sigue siendo automática por convertidor de par de 8 velocidades, mientras que la tracción total reparte la fuerza en una relación de 40:60. El tarado de la suspensión es más firme, los frenos carbocerámicos son más capaces y no le falta diferencial trasero controlado.
Por sus prestaciones podemos decir que es un misil. Acelera de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos, un tiempo que se aproxima a la de algunos superdeportivos del mercado. Además, puede alcanzar los 325 km/h de velocidad punta.
Carrocería acorde con sus posibilidades
A nivel estético no tiene problemas para seducirte gracias a unas enormes llantas de aleación de 21 pulgadas, un interior súper personalizable gracias a Mulliner, o múltiples detalles en negro lacado como el difusor, las coquillas de los retrovisores exteriores o la calandra frontal.
Las primeras unidades de este Bentley tan goloso llegarán a los garajes de sus futuros clientes a finales de año. ¿A qué precio? Lo suficientemente elevado como para que te sorprendas cada vez que lo veas pasar por tu barrio.