Las colaboraciones están al orden del día en el sector de la automoción. Varios fabricantes se han aliado en los últimos años con un claro objetivo: reducir costes a la hora de desarrollar tecnologías que implican inversiones monstruosas. Hasta ahora eso se ha traducido en un importante ahorro en materia de diseño, confección de motores o compra de componentes, pero no son los únicos ejemplos de lo provechosas que pueden ser esas alianzas.
El reto que plantea la conducción autónoma ha hecho que los principales actores de la industria se hayan puesto las pilas en ese sentido. Quien no se suba al carro tendrá problemas para sobrevivir, así que no son pocas las empresas que ya colaboran para evolucionar en un campo que veíamos muy lejano hace escasos años.
Seguridad y tecnología
El último matrimonio que se ha hecho público implica a un sueco y un estadounidense. Volvo Cars y Uber se han dado el «sí quiero» para desarrollar vehículos capaces de circular sin conductor. Primero harán todo lo posible por desarrollar sistemas de conducción semi-autónoma que veremos en los modelos de Volvo. Más tarde, si todo sigue el plan establecido sin sobresaltos, abrazarán la conducción 100% autónoma que tanto ansía el líder mundial en transporte compartido.
Van a invertir 300 millones de dólares en este proyecto que no ven como algo efímero. Consideran que es el principio de una relación a largo plazo que les permitirá posicionarse en la industria automovilística que está por llegar, la que vendrá dominada por las nuevas tecnologías que empiezan a asomar la cabeza.
Piropos en ambas direcciones
A Håkan Samuelsson, presidente y consejero delegado de Volvo Cars, le seduce la idea de trabajar con una de las empresas más exitosas de Silicon Valley:
Volvo es líder mundial en el desarrollo de tecnologías para la seguridad activa y la conducción autónoma, y posee una credibilidad sin parangón en el sector de la seguridad. Estamos muy orgullosos de que Uber, una de las empresas líderes en tecnología, nos haya elegido para esta colaboración. Con esta alianza, Volvo se coloca en el corazón de la revolución tecnológica que hoy día vive el sector de la automoción.
El vehículo de base que tienen en mente nacerá gracias a la arquitectura escalable de productos (SPA), que como seguramente sabrás es completamente modular. Es la que ha servido para dar vida a los nuevos XC90, S90 y V90.
Travis Kalanick, consejero delegado de Uber, también ha querido pronunciarse al respecto poniendo especial énfasis en lo mucho que les preocupa evitar accidentes, motivo por el cual han decidido aliarse con Volvo:
Más de un millón de personas mueren todos los años en accidentes de tráfico. Son tragedias que la tecnología de conducción autónoma puede evitar, pero no podemos hacerlo solos. Por eso es tan importante nuestra asociación con un gran fabricante como Volvo. Volvo es líder en el desarrollo de vehículos y un referente en seguridad. Juntos, sumando las capacidades de Uber y Volvo, llegaremos antes al futuro.