Noruega es un país especial por varias razones. Una de ellas tiene que ver con la mentalidad ecológica, con el respeto por el medio ambiente. Están orgullosos de lo que tienen a su alrededor y hacen todo lo posible por conservarlo empezando por la educación que reciben los más pequeños, algo que queda reflejado en el comportamiento de la gran mayoría de sus ciudadanos.
Un país que va por delante
Por esos lares, casi el 25% de los coches que se venden funcionan con electricidad, un porcentaje claramente superior al que se está registrando en España, donde híbridos y eléctricos a duras penas alcanzan el 2,5% de las ventas totales.
Los puntos de recarga están por todas partes y a nivel económico pueden permitirse coches más caros en otros países de Europa, algo que también ayuda a levantar las ventas de eléctricos. Sin embargo, el paso más importante de todos lo ha dado, o lo quiere dar, el Gobierno.
Han anunciado que prohibirán la venta de vehículos de combustión interna a partir de 2025, así que los fabricantes ya se pueden poner las pilas si quieren obtener beneficios en Noruega. Elon Musk, CEO de Tesla, no ha tardado en publicar un tweet felicitando a los noruegos:
Acabamos de escuchar que Noruega prohibirá la venta de nuevos vehículos de combustión en 2025. Qué país tan sorprendentemente maravilloso. Moláis!
Según el diario Dagens Næringsliv, que es el que ha publicado la noticia, Noruega podrá presumir de las carreteras más limpias de Europa, puesto que no se quemará ni un solo litro de combustible. Una noticia similar es impensable en España y en la mayoría de países del mundo, que todavía no están preparados para dar un salto tremendamente beneficioso para el planeta.
Evolución que no es flor de un día
Aunque Noruega sea un país exportador de petróleo que obtiene grandes beneficios gracias a ello, sus gobernantes quieren dar ejemplo. De hecho, disparando los impuestos que gravan los combustibles han logrado que el litro de gasolina cueste unos 2 euros por esos lares, un precio solo equiparable al de otros países como Hong Kong o Mónaco, donde el nivel de vida es altísimo. Normal que más de un noruego se haya pasado a la electricidad sin tener que recurrir a su mentalidad ecológica para tomar la decisión.