En los coches medianos, Volvo ha tenido el hocico algo gacho desde el salto de milenio. Se arrastran aún patentes de Ford que, a modo de ejemplo, no permiten vender el V40 en Estados Unidos. Retiraron el C30 y el S40 al deshacerse la coyunda con los americanos porque, al último, las entrañas eran de un Ford Focus. El V40, siendo en bastantes ángulos mejor máquina que los alemanes y los japoneses, da un tanto el aspecto de abandono. Mecánicas y decoraciones están descuidadas y definitivamente no van a renovarse más.
Geely, pareja sentimental de Volvo desde el 2010, puso por asignatura primera abordar los coches grandes y los todocaminos; hemos visto los XC90, los S90 y V90. Mientras esto toma su inercia comercial, los conceptos 40.1 y 40.2 enseñan que hay intención de volver a la industria más cruda: los compactos.
Delante de lo que Volvo insinúa con los prototipos, creo que bajo las enaguas se esconden cuatro razones convincentes para ser un referente en el segmento C. Se sabe que la mollera de los humanos es zompa y dura, y que no van a vender más que Volkswagen o Toyota en una primera tacada. Pero estos alemanes y nipones, como los demás fabricantes masivos, van a recelar de Volvo; redactarán un buen memorando con lo que imitarán de los sueco-asiáticos en la década de los años veinte.
1.- Plataforma para todos
Geely está dispensando en China algunos modelos con la ‘Arquitectura Modular Compacta’ (CMA), y con el manual de prácticas del buen amante, no le ha metido en prisas a Volvo. Cuando los suecos se han limpiado los cristales de los anteojos y lo han visto con claridad, han accionado su maquinaria. La Serie 40; sedán, compacto y todocamino saldrá a la venta en el 2017. Pasos cortos pero bien medidos; serán más nuevos que los Clase A, los A3, los Serie 1, los Q30, los DS4… Las sorpresas que se vaya a encontrar Volvo en la parcela mediana, acaso venga de Lexus; el CT 200h está sospechosamente en estado larvario, como el que espera al momento indicado para detonar.
2.- Combustible para todos
Éste es tiempo de vacilaciones en materia de energías para la automoción. Entretanto no se sacudan los vapores de la indecisión y todos los industriales se inclinen a una misma alternativa que suprima lo petrolífero, Volvo conforma una anatomía lista para la nafta, el gasóleo, la bimodalidad electro-fósil, la pila de hidrógeno y la electricidad pura. Habrá más rapidez de respuesta a los mercados, a las directrices políticas en medioambiente y a los caprichos de los compradores.
3.- Movimiento para todos
De primeras, la CMA se orienta a la impulsión; los modelos iniciales que surjan se moverán por la fuerza en el eje delantero. Aun así, la Serie 40 también será polimorfa en su motricidad; la tracción total es acoplable y no se han desechado las propuestas en la línea de Polestar a fin de cultivar versiones deportivas con empuje trasero. Esto de la deportividad lo escriben personas con la imaginación un poco excitada, yo no creo que hasta que se rebase el 2020 Volvo ponga Polestar a litigar con AMG, M, R y demás letrajos de autódromo.
4.- Diferencias para todos
La dirección de diseño no aprueba que el total de modelos de una marca sean facsímiles. El caso más palmario sería el de Fiat, donde las redondeces del 500 empiezan a hacerse antipáticas. Pero japoneses, coreanos, galos y prusianos andan por la misma vereda: agigantados o encanijados, todos sus modelos son como reflejos de un espejo, y hay una moda de hacer moldes muy rectos y con pellizcos en las carrocerías. Los vehículos se dan un aire de figuras de papiroflexia. Volvo rehusa plegarse a esto, y su palabra es que un S40 habrá de tener un tipo bien diferente del de un S90.
Estos anuncios sobre el futuro hay que tomárselos con prudencia; luego vienen desengaños y se ve que, los unos y los otros, hacen las cosas con igual tacañería, falta de nervio y fibra, y que el mundo sigue igual. Las plataformas por módulos a mí me escaman, pues siempre he preferido que se haga un chasis exclusivo por coche. Arrebujarse en el argumento de que usando una sola pieza se ahorran gastos y que después el cliente paga menos es una mendacidad vieja y torpe.
Y finalmente se ha de estar atento a la ingeniería: cuántos motores antiguos se entierran y cuántos se continúan montando una década más. Constan en la galería de fotos unos esquemas de tres cilindros gasolina (E Drive), de batería eléctrica y de hibridación con nombre de T5 Twin Engine… A consideración de que nunca se ha visto un Volvo compacto por menos de 25.000 € en España, el estándar alto en el que se coloca la propia marca se tornaría en la soga del ahorcado si estos prototipos no cumplen. Démosles la caridad de la duda por el momento.