Nissan y Mitsubishi han llegado a un acuerdo. La primera se hará con un 34% de las acciones de la segunda, por lo que se convertirá en su accionista mayoritario. Lo ha confirmado el mandamás de Nissan, el multimillonario Carlos Ghosn.
Van a desembolsar 2.200 millones de dólares (unos 1.900 millones de euros) para contentar a Osamu Masuko, presidente de Mitsubishi. Los rumores se han confirmado y la Bolsa de Tokio ha respondido como era de esperar. Las acciones de Nissan se han depreciado un 1,44% y las de Mitsubishi se han apreciado un 16,6%. ¿Por qué?
Un acuerdo necesario
Cuando el mes pasado estalló la bomba del falseo de emisiones en Mitsubishi, la compañía perdió credibilidad y sus acciones se desplomaron como le sucedió a Volkswagen en su día. Era el momento que estaban esperando en Nissan para acercarse a la presa con una oferta lo suficientemente atractiva como para convencer a los directivos de la firma de los tres rombos, que se han visto en la obligación de aceptar para no desperdiciar una oportunidad que les permite salir a flote.
Masuko habla de «hito fundamental» porque les permite correr un tupido velo, mientras que Nissan fortalece su posición en el mercado. Así lo ha explicado el bueno de Ghosn ante los medios de comunicación:
Mitsubishi es una empresa digna de recibir nuestra confianza. Creo que Nissan puede ejercer además un efecto positivo del mismo modo que Mitsubishi Motors puede ejercerlo sobre nosotros, ya que es una empresa muy potente por ejemplo en regiones como el sureste asiático o en modelos 4×4 o pick-up.
Por ahora no se conocen las indemnizaciones que tendrá que pagar Mitsubishi por el tema de las emisiones, algo que a Nissan debería preocuparle. Ya es seguro que miles de clientes tendrán que devolver las ayudas que el Gobierno japonés les brindó por cuestiones medioambientales, así que tendrán que compensar a los afectados.