Boda a la vista entre Google y FCA

coche autonomo de Google
Google se ha dado cuenta de que no puede fabricar coches de la noche a la mañana. En otro tipo de campos no tienen problemas y presumen de un potencial envidiable, pero en el sector automovilístico todavía están un poco verdes.

En lo que no están verdes es en temas de conducción autónoma. En 2012 empezaron a circular con un Toyota Prius que se podía conducir sin la ayuda de un ser humano, algo que pudo comprobar en primera persona un hombre que ha perdido el 95% de su visión. Disfrutó de un plácido viaje que nunca olvidará en el asiento del conductor, algo que ni en sus mejores sueños habría imaginado.

Dentro de 4 años los coches autónomos serán una realidad

Es parte de la magia de la conducción autónoma. Los principales fabricantes del planeta han invertido mucho dinero en los últimos años y los más optimistas dicen que veremos modelos de producción en 2020, aunque para eso primero es necesario que los legisladores se pongan de acuerdo.

Un matrimonio de conveniencia

Google ha recorrido muchos kilómetros con una especie de burbuja con ruedas que apenas ha registrado incidencias. Ahora, sin embargo, ha llegado el momento de construir un coche con cara y ojos, con unas líneas que entren por la vista. ¿Cuál es el problema? Que les falta experiencia.

Esa experiencia se la puede brindar Fiat Chrysler Automobiles, uno de los pocos gigantes de la industria que no se está rascando el bolsillo para lanzar vehículos eléctricos en los próximos años. Eso hace que el interés sea mutuo, ya que Google se beneficiará del know-how de FCA, mientras que FCA se beneficiará de los progresos de Google en temas de conducción autónoma.

Por ahora no hay nada oficial, pero los rumores están ahí. Sergio Marchionne hizo todo lo posible por alcanzar una fusión que a General Motors no le hacía mucha gracia, así que ahora tiene una oportunidad de oro. Aliarse con Google no es aliarse con un cualquiera, sobre todo cuando se trata de cuestiones tecnológicas.

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