Nos guste más o nos guste menos, desde que nuestro coche cumple 4 años de vida tenemos que pasar las pruebas que corresponden a la Inspección Técnica de Vehículos, la que comúnmente conocemos como ITV. Dejando a un lado el desembolso económico que supone, hay que agradecer que estemos obligados a pasar por un escáner que determina el estado de salud de nuestro coche, ya que de esta forma podemos evitar accidentes provocados por culpa del mal estado del vehículo. Y claro, teniendo en cuenta que el parque automovilístico español tiene una antigüedad media que supera los 11,6 años de edad según la ANFAC, la ITV es imprescindible.
Si quieres superarla con éxito para no tener que volver días después, te recomiendo echar un vistazo a los siguientes consejos.
Visita tu taller de confianza
Siempre se recomienda hacer una revisión pre-ITV, ya que de esta forma te aseguras de que tu coche va a llegar en perfectas condiciones a la ITV. Lo que hacen es revisar a fondo todos aquellos puntos que van a analizar con lupa los trabajadores del centro al que llevarás el coche para obtener una inspección favorable. Los frenos, los neumáticos y los gases de escape suelen captar casi todo el protagonismo, aunque también es importante conocer el estado de la dirección, la suspensión y los ejes, la carrocería, los elementos interiores o la señalización y el alumbrado.
No olvides la documentación
Querrán conocer la marca del vehículo y el modelo, el número de bastidor y la matrícula. Todos esos datos deben coincidir con los del Permiso de Circulación y la Tarjeta de Inspección Técnica. Además, también nos pueden pedir el informe de la última inspección técnica y un justificante del seguro obligatorio del coche.
Pide cita por teléfono o por Internet
Pedir cita es muy fácil. Puedes llamar al centro o gestionar tu reserva a través de Internet, algo que en mi opinión es mucho más cómodo. Hay varios centros autorizados en cada provincia y podemos elegir el que más nos convenga por precio o cercanía. Las tarifas, dependiendo de la Comunidad Autónoma, suelen oscilar entre los 30 y los 50 euros, precio que varía en función del vehículo a inspeccionar. No es lo mismo llevar un vehículo ligero que un vehículo pesado de más de 3.500 kilos.
Límpialo y comprueba que todo está en orden
Puede parecer una tontería, pero se recomienda limpiar el coche para no llevarse un disgusto. No sería la primera vez que alguien se queda con las ganas de pasar la ITV por tenerlo hecho una porquería por dentro y por fuera. Además, solo que por vergüenza, hay que hacer todo lo posible para tenerlo decente días antes de acudir a la cita.
Aunque hayas pasado la pre-ITV días antes, debes asegurarte de que el día de la revisión todo funciona correctamente. Me refiero a las luces, el limpiaparabrisas o los neumáticos.
La revisión
La revisión suele ser sencilla y no lleva demasiado tiempo, aunque es cierto que a veces hay muchos coches por delante y nos toca esperar más de media hora para ser atendidos. Los técnicos del centro evaluarán en el estado del sistema de frenado, el alumbrado, los neumáticos, los cinturones de seguridad, las ventanillas, los amortiguadores… Pruebas que en ocasiones implicarán nuestra colaboración.
¿Qué pasa si la inspección es desfavorable?
Si pasamos la ITV con éxito, nos entregarán un documento que lo certifica y nos quitarán la pegatina antigua para colocar la nueva en el parabrisas. Si la revisión da un resultado positivo con defectos leves, tendremos que hacer todo lo posible para repararlos, pero no nos obligarán a volver para comprobar que lo hemos hecho.
Las malas noticias llegan cuando la inspección es desfavorable. Si nuestro coche presenta defectos graves nos tocará subsanarlos y volver al centro en cuestión en un plazo máximo de dos meses, donde comprobarán que todo está en orden. Además, durante ese tiempo solo podremos circular para llevar el coche al taller. No hacer caso de esa obligación acarrea una multa de 500 euros.
Si los defectos detectados son muy graves, el vehículo no se podrá mover del centro y tendrá que ser transportado por una grúa hasta el taller elegido por el propietario, donde solucionarán el entuerto para que podamos volver a pasar la ITV.