Volkswagen quiere un eléctrico de 300 km de autonomía cuando llegue el Golf VIII

golf e 2014
Las conjeturas que más o menos estamos haciendo es que el octavo Golf debería asomar en el 2018. El chasis del relevo seguiría partiendo de la plataforma multiusos MQB, que es la base del Golf-e ‘2014’ y del Golf-GTE ‘2015’. Al tiempo que ya se conforman los siguientes proyectos sobre una segunda reforma de la MQB, el grupo VAG trabaja en una arquitectura específica para vehículos eléctricos, a la que de momento conocemos por el acrónimo de MEB.

Volcados en los híbridos y eléctricos

Vimos este andamiaje bajo el proyecto Budd-e, pseudofurgoneta con melancolías hippies exhibida en la feria del CES, en enero del 2016.

prototipo budd e 2015
Con la mala prensa de las emisiones diésel, Volkswagen ha acelerado algo que es posible que tuvieran en el tintero, pero que iban desarrollando sin prisa. Ahora, entre dimisiones de gerentes y planes de compensación mundiales a clientes, la propuesta es colocar una porción de híbridos y eléctricos en cinco años. Para el 2020, el siguiente Golf totalmente eléctrico ha de duplicar la autonomía del actual.

Una traba al alza

Hay varias cortapisas para conseguirlo. La primera es que los coches van cargados de accesorios electrónicos, y esto es una tendencia que va al alza sin previsión de decaer. Sistemas multimedios que invaden el salpicadero entero, sensores, radares, climatizadores multizona, automatismos de conducción y aparcamiento… Todo cuanto se está implementando a los automóviles es puro consumo eléctrico. Las baterías de iones de litio han de trocarse por otras más eficientes, o el espacio que ocuparán le restará el sentido de la polivalencia al Golf.

Otro reto es hacer que luzca exactamente igual que el resto de modelos Golf VIII. Carrozarlo con una estructura interna distinta a los gasolina y diésel, y que haya una verdadera correspondencia de autonomía entre la que anuncia el catálogo y la que se encuentra el cliente obligaría a montar un sistema eléctrico supletorio. La revista ‘Autoblog’ reporta que Volkswagen piensa en una batería extra de 48 voltios dedicada exclusivamente a las demandas de los dispositivos periféricos. De esta manera, el sistema de pilas, sean cuales sean las elegidas, se dedicaría tan sólo a darle movimiento al vehículo.

Dejando a un lado el escenario europeo, está en lo probable que Volkswagen despliegue en Estados Unidos la gama entera del Golf VIII, donde ahora no cuenta con el híbrido GTE.

¿Para cuándo un Polo híbrido?

En la geografía bimodal de Volkswagen, el Golf, el Jetta y el Passat híbridos son un hecho, pero si en cinco años quieren ponerse al corriente con la combinación de gasolina y electricidad, les hace mucha falta el Polo híbrido, un coche que no cueste 40.000 €, o Toyota seguirá en la delantera del mercado.

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