Por mucho dinero que facture tu empresa o por muchos millones que hayas ganado jugando a la Primitiva, es probable que no te puedas comprar el nuevo Ford GT, un modelo que vuelve a estar en boca de todos después de que nos deleitara en los circuitos hace más de medio siglo y llegar a los concesionarios en 2003.
Clientes analizados con lupa
Al más puro estilo Ferrari, los de Dearborn han decidido levantar unas barreras de entrada que para más de uno son insuperables. Han preparado un procedimiento de investigación de todos aquellos que pretendan hacerse con una de las 250 unidades que van a fabricar en los próximos meses.
La página web que han diseñado para solicitar la reserva de uno de esos Ford GT estará en funcionamiento dentro de unas semanas. Será entonces cuando cualquiera podrá sumergirse en un proceso de selección más duro que el que afrontan los pilotos de avión cuando acaban todos los cursos que les obligan a aprobar.
Requisitos y condiciones
Michael Martínez, de The Detroit News, ha destapado alguna de las preguntas que tendrá que responder todo potencial cliente que pretenda tener una unidad en su garaje. Por ejemplo: ¿Cuántos vehículos Ford has tenido? Evidentemente, los propietarios que tengan el Ford GT de primera generación juegan con ventaja respecto al resto.
También les importa saber la frecuencia con la que vas a conducir tu superdeportivo y lo importante que eres para los medios de comunicación. Con esto último no sé si podemos descartar a auténticos terremotos de las redes sociales como El Rubius o Lovely Pepa, que cuentan sus seguidores por cientos de miles.
El cochecito en cuestión cuesta 400.000 dólares y no lo puedes vender de la noche a la mañana si te decepciona. Ford te obliga a firmar un contrato por el cual te lo impide. De hecho, tampoco puedes hacerlo si tienen previsto lanzar futuras generaciones a corto plazo. No quieren que eBay Cars y las casas de subastas se llenen de superdeportivos con el emblema GT. No quieren que se compre para especular. Lo que desean es que sus propietarios presuman de él en las carreteras, ya que es la mejor publicidad que se les puede hacer teniendo en cuenta que es una preciosidad.
Jay Leno y Lewis Hamilton son firmes candidatos por tener un Ford GT antiguo. El que dejó de serlo por deshacerse de él fue Jeremy Clarkson, que decidió gastarse el dinero que recuperó en adquirir un espectacular Lamborghini Gallardo Spyder.