Del 3 al 6 de noviembre se abren las puertas del SEMA Show de Las Vegas. Más de uno aplazará su visita al casino para invertir su tiempo en algo mejor. Ver coches tuneados con más o menos gusto puede provocar reacciones de todo tipo en los visitantes. En ocasiones te dan ganas de ir al baño corriendo, pero otras veces te quedas babeando durante varios minutos. Nada que ver con lo que te pasa cuando vas a un museo y ves 300 cuadros que no te entusiasman lo más mínimo.
Concebido para ser especial
Uno de esos coches destinados a levantar pasiones es el Ford Focus ST que puedes ver en la única imagen que ilustra este artículo. Es una unidad muy especial gracias a su kit de carrocería. Es un one-off (solo hay uno en el mundo) que a más de uno le gustaría tener en el garaje bien aparcadito.
¿Qué nos llama la atención? Un montón de cosas, pero podría empezar por su generoso splitter frontal de aluminio, su enorme alerón trasero, los pasos de rueda ensanchados, las tomas de aire del capó o las taloneras. Desapercibido no pasa, desde luego.
Podemos continuar citando los detalles en rojo que se muestran en partes como el splitter frontal, la parte superior de los grupos ópticos delanteros o la zona central de los retrovisores exteriores. Las llantas de aleación en acabado grafito son de 18 pulgadas (unas Rays 57 Xtreme) y los neumáticos que les dan cobijo son unos Nitto NT555.
Nada es del montón en este Focus ST. Ni siquiera el habitáculo, donde nos encontramos con unos preciosos asientos de competición Cusco/Bride Euroster II+C. También hay jaula antivuelco, sistema de sonido Sony, iluminación LED… Todo ello aderezado con el motor 2.0 EcoBoost de cuatro cilindros, que gracias a una serie de cambios puede ir más sobrado si cabe, aunque por ahora no sabemos por cuánto ha sobrepasado los 250 CV de serie.
Para terminar, hay que decir que el sistema de frenos es de altas prestaciones y la suspensión es ajustable con amortiguadores de tipo coilover.