Lujo, lujo y más lujo. El Bentley Bentayga ha nacido para convencer a todos aquellos ricachones que buscan un SUV distinguido. Tal vez por ello el primero irá a parar a la colección de coches de la Reina Isabel II, que no sé si habrá pagado las 160.000 libras (unos 220.000 euros) que cuesta la criatura.
Eso es poco comparado con lo que puede llegar a costar el coche con todos los extras. Concretamente más de 500.000 libras, lo que supone hablar de unos 700.000 euros. La palma se la lleva el que hoy por hoy es el extra para coches más caro del mundo, el reloj Mulliner Tourbillon.
Materiales y acabado premium
Lo fabrica Breitling para Bentley, es automático y recientemente se puso a la venta en edición limitada a un precio de 150.000 libras, que son poco más de 200.000 euros. Teniendo en cuenta que cada una de sus piezas se coloca a mano con una precisión milimétrica empleando materiales como el oro o la plata, no es de extrañar que sea tan caro. Además, también contiene diamantes y piedras preciosas, así que pasear por el Bronx con uno puesto es cuanto menos peligroso.
A partir de ahora también lo será para los propietarios del Bentley Bentayga que decidan pedirse esta chuchería tan cara. No se recomienda aparcarlo en la calle porque es bastante visible y ya se intuye que las piedras que lleva incrustadas no son como las del Bijou Brigitte, con todos mis respetos hacia esa cadena de tiendas en la que he comprado varias veces.
La carcasa es de oro macizo, que puede ser blanco o rosado, y la esfera contiene ocho diamantes que brillan más que los del anillo que le regalaste a tu mujer cuando le pediste matrimonio. Es una pieza de auténtico lujo que han decidido incluir en el catálogo del Bentayga como experimento. Veremos cuántos pican.