Cuando no hay dinero hay ideas perversas. Eso es lo que podríamos decir de lo último que se les ha pasado por la cabeza a los que más mandan en la Dirección General de Tráfico (DGT). Resulta que están estudiando la posibilidad de que las bicis tengan permiso de circulación y matrícula, con el consiguiente desembolso económico que ello implicaría para los poseedores de una bicicleta que pretendan desplazarse por la ciudad.
Añadiendo más picante a una relación difícil
María Seguí y sus secuaces nunca se han llevado bien con los ciclistas. Por eso no me sorprende que estén dispuestos a tocarles las narices en la recta final del mandato del organismo. Todas las organizaciones pro bici españolas ya se han pronunciado en contra de esta iniciativa que de ponerse en marcha sería única en el mundo.
Con el lema de «La DGT quiere contar con tu opinión«, semanas atrás se pusieron en contacto con varios colectivos ciclistas y usuarios de la bicicleta en general. Quieren saber qué es lo que opinan sobre sus planes, o como mínimo quieren hacer ver que les importa lo que opinan para después hacer lo que les dé la gana.
Money, money
Es verdad que al cabo del año mueren muchos ciclistas en accidentes que ocurren tanto en ciudad como en carretera, pero no menos cierto es que esta medida no serviría para nada. Me parece bien que los usuarios de bicicletas se puedan apuntar de forma opcional a clases para comprender los riesgos que existen al moverse entre coches, camiones y motos, pero de ahí a querer ganar dinero imponiendo un permiso de circulación y una matrícula…
Es una barbaridad más de la DGT que no llegará a buen puerto. Y si lo hace, que se preparen para un aluvión de críticas tanto dentro como fuera de España. No tiene ni pies ni cabeza.