Este pasado fin de semana fue presentado el BMW 3.0 CSL Hommage que habíamos visto en una imagen semanas atrás. El deportivo de la firma alemana recibió muchos piropos durante su exhibición en el famoso Concurso de Elegancia Villa D’Este, donde se encargó de rendir homenaje al BMW 3.0 CSL, todo un clásico de los años 70.
Un alumno aventajado de la nueva generación
Adrian van Hoodyonk, vicepresidente sénior del equipo de diseño de BMW, sacó pecho tras esta última creación:
Nuestros coches Hommage no son solo una muestra de lo orgullosos que nos sentimos de nuestro legado, sino también de lo determinante que puede ser el pasado a la hora de forjar el futuro.
No es para menos si empezamos analizando sus siglas, CSL, que significan «coupé, deportivo y ligero». En el viejo modelo encontramos aluminio en el maletero, en el capó y en las alas, mientras que las ventanas eran de Plexiglás. Por aquella época podían hablar de un coche que era 200 kilos más ligero que el BMW CS, su hermano mayor. El aluminio era el material estrella, pero hoy se presume de una excepcional relación peso/resistencia recurriendo a otros materiales como la fibra de carbono o el plástico reforzado con fibra de carbono (PRFC).
A lo grande
Llama la atención su alargada carrocería, los deflectores de aire, los enormes pasos de rueda o sus alerones (uno en el techo y otro en la zaga). Es todo un atleta diseñado para moverse por los circuitos con soltura. La parte frontal, tremendamente ancha y pegada al suelo, es un claro ejemplo de ello.
La iluminación corre a cargo de la luz láser y la tecnología LED, mientras que las llantas de aleación son de 21 pulgadas en color negro mate. En el interior más elegancia y deportividad, y una vez más con la madera como material protagonista en el panel de instrumentos. Tan solo la pantalla de carga eBoost, situada en el centro, rompe esa continuidad de un material muy noble que todavía hoy se manifiesta en muchos modelos.
