El nuevo Citroën C3 ya está listo para convertirse en un auténtico fenómeno de ventas. Su aspecto la verdad es que me ha llamado la atención, pues lo han mejorado muchísimo y ha pasado a convertirse en uno de los coches más atractivos y futuristas dentro de su categoría.
Multitud de cambios estéticos
Especial mención hay que hacer al parabrisas delantero (llamado Zénith), una nueva ventaja de este C3 gracias a su tamaño fuera de lo normal. Se prolonga hasta la mitad del techo y deja entrar mucha luz, dando una sensación de espacio muy interesante para la conducción, sobre todo en modelos más reducidos como es el caso.
El nuevo parabrisas cuenta con una protección solar que va perdiendo su intensidad a medida que avanza hacia abajo. Esto es para que el sol no penetre bruscamente por la zona del techo, lo que crearía un efecto lupa muy indeseable para el conductor y el pasajero delantero, pues la cabeza sacaría humo en caso de un día muy soleado y caluroso.
Su tamaño también ha crecido. Estamos hablando de 3,97 metros de longitud (antes 3,85 metros) y 1,71 metros de anchura (antes 1,67 metros). En cuanto al peso, a pesar del incremento en volumen, se mantiene en los 1.179 kilos.
Por lo que respecta a la parte trasera, no tenemos que destacar ningún cambio relevante. Aunque los grupos ópticos traseros han sido modificados, el resto se ha estilizado un poco pero nada más.
Los cambios importantes que agradece el conductor los encontramos en su interior. Los materiales utilizados son de más calidad y el salpicadero ha cambiado casi por completo. Para empezar, está cubierto por un revestimiento térmico que le da un empaque diferente. Además, se le pueden añadir unos adornos opcionalmente que le dan un toque muy elegante.
El volante es sumamente deportivo, con los radios cromados y todo tapizado en cuero, sin duda un detalle que se agradece en un modelo que a priori no tendría que ser tan completo.
Todo esto estará disponible en abril de 2010, aunque los precios se conocerán a partir de finales de este año.