Por un dolor de espalda, Valteri Bottas se perdió como Alonso la puesta de largo del Campeonato de Mundo 2015. Magnussen, relevando al recién llegado a McLaren que descansa en Oviedo, también quedó fuera de combate; en la vuelta de lanzamiento el motor humeó y atufó la mitad de Melbourne. Daniil Kvyat, ídem: su Red Bull parado en la pista nada más salir para instalarse en su plaza de la parrilla. Antes de apagarse los semáforos ya había dos que se habían retirado. Sólo 15 pilotos participaron en la carrera inaugural del año, y los Lotus de Maldonado y Grosjean no pasaron del rifirrafe que hubo en la primera curva –una lástima por ellos porque hicieron un sábado espléndido.
Directivos de escuderías en los juzgados por demandas de sus propios conductores (El Caso Sauber), y coches que no funcionan: es costumbre ver grúas paseando por el asfalto semimetroplitano de Australia, pero no antes de empezar la carrera. Con el aturdimiento del madrugón, a las cinco de la mañana era una una imagen que daba un efecto de ensoñación y que se atribuía a que el café aún no se había sentado en la barriga.
El año pasado en la misma fecha, Button subía al podio; un dibujo bien distinto al del 2015. La cara más feliz fue la de Carlos Sainz JR, al que le tengo que buscar otro nombre, porque cada vez que lo escucho me viene a las mientes la telenovela de ‘Dallas.’ El chico lo hizo increíble en la clasificación, y en su debut llegó a la Q3 en la octava posición. El atoramiento de una tuerca en una rueda trasera mientras hacía el paso por boxes le arruinó las expectativas de puntuar mejor.
El 2015 se estrenó tal cual el 2014; con tanta electricidad en los motores, las averías hicieron el papel de actor principal, y siempre arrastraron su sombra mientras duraron las 58 vueltas. El Toro Rosso de Verstappen también humeó como el Red Bull de Kvyat y aparcó en la hierba.
Yo creo que fue el efecto ‘Terminator’, porque Schwarzenegger se paseaba por los hospitalities pasando su mal fario de robot maligno a los coches.
Aún así, pesando todos los sucesos del fin de semana, de viernes a domingo, los Toro Rosso han dado un paso adelante mientras que la casa madre de Red Bull ha dado dos para atrás. Les falta velocidad punta y les sobra consumo, el mal que aqueja a los motores de Renault este año; al menos, eso es lo que explican los técnicos.
Otros que flojearon: los Force India. Honestamente, se esperaba más nervio y brío de estos coches. Hay mucho comente y chisme sobre la situación pecuniaria en la casa de Hulkenberg y Pérez. Mal de esto, hicieron vueltas bonitas Checo Pérez y Carlos Sainz JR a medio Gran Premio, midiendo fuerzas entre ellos. Pérez salió mal parado, otra vez, por otro pit-stop nefasto. Me parece que los cabezas de turco en Australia, los que más fueron vareados detrás del biombo y al término del espectáculo, fueron todos los mecánicos en todos los equipos. En su defensa diré que en las primeras actuaciones de la gira, todo está aún por engrasar.
Corre un aire nuevo en Ferrari, y el ritmo de carrera ahora mismo es más prometedor que antaño, merced un acervo de modificaciones del previo F-14T que son minúsculas, pero que han sumado mucho: motor y degradación de ruedas parece que han fraguado en mejorías notorias. Lo que sigue maldiciendo las carreras de Räikkönen y por extensión a toda la escudería son las paradas en boxes; con tuercas que se encallan al cambiar neumáticos no se hacen felices avanzamientos estratégicos. Y en el caso del finlandés, una mala rosca en la goma trasera izquierda lo retiró en la vuelta 42.
Los italianos se han acercado a Williams, y al menos en Melbourne, ha bastado para superarles. Massa hace sus pasos iniciales en el 2015 con buena fortuna. El hombre al que un tuercazo en la cabeza casi lo dejó desahuciado se me figura como un piloto renacido y que tiene más vidas que los gatos. Vettel le quitó el podio en el reemplazo de gomas y se estrenó con gran pie en esta etapa de su nueva vida, pero nunca le sacó más de cuatro segundos a Massa. Pienso que veremos grandes mano a mano entre los rojos de Mauricio Arrivabene y los blancos de Claire Williams. En uso de la probidad, del tercer cajón de Vettel hay que decir que lo ganó con concentración y mucha fibra.
En Sauber, matrícula de honor para Felipe Nasr. Aunque las lizas de abogados a lo mejor hacen que ésta haya sido su primera y última competición en el 2015, él hizo el gran domingo con su quinto puesto.
¿Y de Mercedes? ¿Qué se puede decir de Mercedes? Pues que de momento siguen tratando la Formula 1 como a país conquistado, y que los W06 señorean los circuitos como Zeus en el Olimpo. ‘Los Intocables’, edición 2015. Hamilton y Rosberg apuntan a otro año de refriegas entre ellos. Conducen como los ángeles y los vehículos no dieron ni un asomo de fallo en Melbourne.
McLaren, para el momento en que echó a andar el mundial, sólo había dado un total de 12 vueltas en pretemporada. Con el incidente Alonso y los desaguisados mecánicos, no son formas de llegar a la fiesta. El señor Boullier, no deja de repetir que se levantarán después de los traspiés. Así lo esperamos todos. De todas maneras, Button, el hombre que nunca pierde los nervios delante de las cámaras, y aunque labraba sobre ceniza, solo y tirado a los leones, acabó el Gran Premio aun con la caja de cambios rota. Es una proeza, considerando que en la cinta gris sólo quedaron 11 pilotos. Le guardo mucha simpatía a este caballero, le sonrían las cosas o no.