Maserati ha publicado en su canal oficial de YouTube un vídeo muy oportuno para felicitarnos la Navidad hace escasas horas. No hay ningún Papá Noel conduciendo y tampoco vemos a un padre con su hijo adornando un árbol de Navidad a base de derrapes. La grabación que han preparado es más elegante y se aleja de los clásicos villancicos que ya empezamos escuchar de fondo.
Un «Felices fiestas» escrito en varios idiomas se les ha colado antes del final. Y digo colado porque no es el mensaje más importante que han querido transmitir a sus seguidores.
En busca de otro siglo memorable
Lo que han hecho ha sido plantear un horizonte excitante. Reconocer que sus 100 años de historia han sido muy buenos a nivel competitivo y comercial, pero que más allá existe un futuro que va cogiendo forma.
Esa forma tiene mucho que ver con las líneas de diseño que han mostrado en el Alfieri, un modelo que habla muy bien de las intenciones de la firma italiana. Quieren llegar a más gente y pretenden hacerlo puliendo los trazos que han heredado desde que la marca del tridente empezó a hacer de las suyas con los hermanos Ettore y Ernesto Maserati a la cabeza.
Ambición no les falta
En 2014 anunciarán unas ventas de entre 35.000 y 40.000 unidades gracias al éxito que ha cosechado el Ghibli en su primer año y medio de vida y a lo bien que ha funcionado la renovación del Quattroporte. Son cifras escandalosamente elevadas si tenemos en cuenta que sus coches no están pensados para el peluquero, el panadero y el electricista del barrio.
Doblarán las ventas de 2013 e intentarán facturar todavía más en los próximos años. De hecho, para 2018 se han fijado un objetivo de lo más ambicioso: vender 75.000 unidades con la ayuda del Alfieri y un nuevo SUV que también aterrizará en 2015, el Levante. Queda claro que les seduce la idea de convertirse en el principal rival de Porsche.