Duele como una patada en el bazo que Alfa Romeo ahora mismo sea una marca con tres coches en España. Tanto pulso interno en la directiva, tanta lucha de egos trajeados, tanto embrollo en la fusión del grupo Fiat con Chrysler y tanta planificiación cuadriculada hasta el 2020, y se está olvidando que en la compra de un vehículo, además de prestaciones y precios, también cuenta el orgullo de una herencia histórica y el deseo.
Si me lo preguntan a mí, dentro de Fiat, Alfa Romeo ha sido la que se ha quedado en la cola a la hora de recibir inversiones. Y se apaga, y se apaga, y se apaga. Un coche que fue un referente en las berlinas, el Alfa 159, lleva desaparecido una Era y el sucesor, el regreso al segmento D, topa con un aplazamiento tras otro.
En una entrevista de CAR a Harald Wester, mandamás en Alfa Romeo ahora mismo, al menos declara que el Giulia Concept se hará real en junio del 2015. Aún así, inyectar savia a Alfa Romeo va a necesitar de algo más que el renacimiento del 159 (ahora Giulia). Nueve coches en cinco años y el regreso a por todas con la tracción trasera.
El Giulia
En junio del 2015 la marca cumple 105 años. Un juego de números con gancho y que parece adecuado para volver a la liga de los sedanes medianos. Hay unos dos millones de dibujos repartidos por Internet para imaginar al Giulia, pero lo único que Harald Wester ha confirmado es que se ha codesarrollado junto a Maserati, partiendo de la matriz del Ghibli.
Después de haber fabricado el sports-car Alfa Romeo 4C, ya no hay vuelta atrás. Toda la marca ha de dirigirse hacia el espíritu centenario: la tracción, la fuerza a las ruedas traseras.
La arquitectura que encare los motores para propulsar el eje posterior se exportará al resto de modelos: el relevo generacional de los que existen y los que han de nacer (¿SUV, Crossovers? Ahora mismo nadie dice ni pío.)
Uma Thurman
El compacto Giulietta llegó fuerte, con el anuncio de Uma Thurman. Es un gran coche, con mecánicas sólidas, aunque no me entusiasme el remate y el diseño del salpicadero. La marca pienso que ha gestionado con buen tino la política de dotaciones, precios y promociones, pero en España no ha alcanzado el volumen de compradores que exhiben Renault o Ford en el terreno hatchback, ni siquiera con el restyling 2014.
Para el 2016 el Giulietta dará un giro radical. Un BMW Serie 1 o un Lexus CT 200h se van a parecer más al siguiente Giulietta que un VW Golf, por ejemplo. El motivo mecánico otra vez: tracción trasera y opción a tracción integral en los propulsores con más caballaje.
Corazones para Alfa
Casi no quedará ni un sólo propulsor de los que actualmente vemos en los coches de Alfa. Los diesel tendrán cuatro cilindros 1.6 litros que irán divididos en rangos de potencia desde los 100 CV a los 180 CV (dato por confirmar). Y también el motor V6 3.0 Common-Rail del grupo Fiat que le han puesto al último Jeep Grand Cherokee y que en el todoterreno despliega 241 CV.
Con la gasolina veremos configuraciones de cuatro cilindros; básicamente la siguiente actualización del 1.4 Turbo. Aquí se irá de los 110 a los 180 CV. Pero el 1.8 también se desdoblará en rendimientos: con 200 y con 320 CV. Alfa Romeo igualmente se reservará el derecho de embutir los V6 de Maserati con cilindradas de 2.5 y 3.0 litros, y con picos de potencia de 510 CV.
¿Sacrificado?
El utilitario MiTo, que se refrescó en el 2014, no tiene el reemplazo asegurado, y las cosas apuntan a que será el sacrificado. Los recursos se irán a un proyecto que por hoy tiene el apelativo de Ammiraglia. Lujo y prestigio son palabras que aparecen repetidas más de una vez en la entrevista al CEO de Alfa, y este tal Ammiraglia compartiría el chasis del Maserati Ghibli. Para hacernos una idea, debería ser un coche que tocase los cinco metros de longitud. Mercedes Clase E es un buen punto de referencia para calcular el tamaño y la presencia del más grande de los Alfa Romeo que se están cocinando.