Si lo califico de estropicio me quedo corto. El nuevo BMW i3 podría perder su identidad en Japón por culpa de los preparadores que trabajan por esos lares. Allí ya han llegado las primeras unidades del utilitario eléctrico, y a juzgar por las imágenes los bávaros pueden empezar a temblar.
Como en el país del sol naciente están tan de moda los kei cars, a alguien se le ha ocurrido la brillante idea de crear este BMW EVO i3, que así es como se le conoce. El tuning le ha pasado factura y su estética, que ya de por sí es algo extraña, ha acentuado su extravagancia hasta el punto de sobrepasar la línea que separa lo decente de lo hortera.
Feo, muy feo
Con él es imposible pasar desapercibido por razones que saltan a la vista. Para empezar, el frontal es completamente distinto. Se han cargado la parte que era de color plateado y han optado por un tono blanco que combinado con el negro y el azul tira bastante para atrás. Y eso no es lo peor. Lo peor es la forma que tiene ese frontal, tan horrible que puedes llegar a pensar que en cualquier momento algo se abrirá para engullirte.
Eso me ha impactado, pero no menos trastocado me han dejado las entradas de aire que luce en la parte inferior de la parte delantera. ¿Para qué las han puesto? ¿Para refrigerar un motor eléctrico? No tiene ningún tipo de sentido. Y para terminar, también le puedes echar un vistazo al nuevo difusor y a las llantas, que visto lo visto se iluminan con una luz de color azul que hace que me acuerde de las chapuzas tuning que tantos dolores de cabeza provocan a la hora de pasar la ITV.