Por la ley del oportunismo universal, los diseñadores de Vilner son los primeros en buscar rédito en el anticipadísimo re-re-re-regreso al cine de la ‘Space Opera’ más seguida de la historia audiovisual, con permiso de Star Trek. Un BMW Serie 6 Cabrio y unas cuantas piezas de Infiniti para las luces et voilà: el coche que llevan los Stormtroopers cuando no están de servicio y no contestan a los whatsapps de Darth Vader.
Por ahora, sólo hay tres fotos con hiperbólicas sesiones de Photoshop encima, pero nos encantan. Vamos a meternos un poco en el meollo del Episodio VII y a sondear entre nuestros lectores qué piensan de Star Wars y, en el ínterin, hablamos también un poco de este BMW.
Vilner y el 2015
El Serie 6 es de la segunda generación, la caja E64. Que alguien me corrija si me desvío, pero esta iteración del coupé pisó la calle en el 2004, al menos en Europa… Si se compara el aspecto del original con el resultado de la starwarización, obviando pasos de rueda y llantas, todo el trabajo se concentra en el frontal, con un parecido razonable entre el casco de un Stormtrooper y el rostro del vehículo.
Vilner es un personalizador de coches búlgaro, que afincó su sede en la ciudad de Sofía hace quince años. No se han hecho demasiados proyectos desde entonces, pero éstos tienen la virtud de estar bien elegidos para que se vendan. Su principales clientes son alemanes y británicos, que son los dos mercados evidentes a los que apuntaría cualquiera con una empresa de custom-cars.
El BMW Stormtrooper, aún así, se antoja una buena estrategia para facturar unidades a los Estados Unidos; otro pedazo del pastel bastante más gordo en la industria de coches a medida. En caso de que, efectivamente, se estrene el Episodio VII el 18 de diciembre del 2015 (fecha sacada de la web oficial), cualquier director de ventas retendría la salida de los pedidos hasta entonces.
De la poca información que Vilner está filtrando, infiero que sucederá de esta manera: en el momento que el Halcón Milenario o Chewbacca vuelvan a estar en todos los envases de galletas y forren los escaparates de las cadenas fast-food, tendremos más noticias sobre motorización y especificaciones del proyecto Stormtrooper.
Disneylandia, George Lucas y J.J. Abrams
Los fieles a Star Wars viven divididos. La trilogía original (Episodios IV, V y VI) difiere bastante de la segunda (Episodios I, II y III). El Pater de la franquicia, George Lucas, navegó en dos direcciones distintas cuando planteó las tres películas iniciales y las que se estrenaron en el cambio de siglo y milenio.
Lucas tiene sus acérrimos y, en el extremo opuesto, están los fundamentalistas de la esencia primigenia de universo Star Wars; uso esta expresión ambigua a falta de dar con otra definición más precisa. Ambos bandos se intercambian vituperios desde la reaparición de los Jedi con el ‘Episodio I: La Amenaza Fantasma’ (1999). Ninguna entidad pública o privada me ha instruido juez para dirimir quién tiene razón, conque que me acojo a la Quinta Enmienda, como en las historias americanas de policías, y me callo.
Pero en el 2012, justo cuando nadie se lo esperaba, Mr Lucas le vende su imperio entero a Disney. La cantidad de dinero no la voy a anotar aquí por dos motivos: uno, la cifra real sólo la conocen Lucas y Mickey Mouse. Y dos, los números que se encuentran en la prensa son todos de un tamaño inmoral.
La cadena de acontecimientos activados desde la operación financiera es una mezcla al 50% entre diarrea mediática y propaganda. El coloso Disney sólo ha confirmado que el guión del Episodio VII continúa donde terminaba ‘Episodio III: El Retorno del Jedi’, sin más volteretas hacia atrás y hacia adelante en el tiempo; que Han Solo, Luke Skywalker y la Princesa Leia seguirán interpretados como antaño por Harrison Ford, Mark Hamill y Carrie Fisher, sin que se sepa cuánta importancia ocuparán en la trama; y que el director será J.J. Abrams.
Con el nombramiento de Abrams como capitán del Episodio VII también han se han calentado algunos hocicos. El señor J.J. Abrams es otro que recibe cartas de amor y dardos envenenados por igual. Aparte de ser el responsable de series como ‘Perdidos’ (Lost) y ‘Fringe’, que cuentan con su propio ejército de público exacerbado, dirigió los dos últimos largometrajes de la prolija Star Trek.
Trekkies y Jedis libran su guerra de fans desde los años 70, así unos sienten que Abrams está cometiendo imperdonable adulterio al saltar de un universo al otro, y éstos otros no atinan a decidirse entre darle un abrazo de bienvenida o un puntapié en las posaderas. Otra vez más, no soy una autoridad en la materia, y mis conclusiones me las guardo para conversaciones de almohada.
En algún punto tengo que poner final a este artículo, así que aquí termina todo lo que sabemos de Star Wars y BMW en la redacción. Por ahora.
Eso sí, el Serie 6 Stormtrooper de Vilner es la sorpresa más pintoresca que se ha comentado en la oficina desde el bofetón que Orlando Bloom le dio a Justin Bieber en una discoteca de Ibiza. Cuando crees que la vida es demasiado seria y predecible, siempre tropiezas con otro motivo para seguir en la rueda.