Peugeot tiene una agradable sorpresa preparada para el Salón del Automóvil de París que arrancará el próximo 2 de octubre. Se llama Peugeot Quartz y por el momento no es más que un prototipo que busca convertirse en un crossover distinto a los que conocemos hasta ahora. Es una mezcla de SUV y coupé que también ha tomado como prestados algunos rasgos de las berlinas más modernas. Es, por tanto, un popurrí que trata de contentar a los más indecisos, a los que todavía no saben qué tipo de coche quieren.
Piedra de basalto como toque distintivo
Lo han fabricado utilizando la plataforma EMP2 y lo más estrambótico de todo es que emplea materiales que hasta la fecha eran desconocidos para la industria automovilística. Me refiero a la piedra de basalto que podemos encontrar en la consola central, donde se exhibe en bruto para que contraste con el resto de materiales empleados.
Mide 4,50 metros de largo, tiene unos voladizos muy cortos para aprovechar al máximo el espacio para los pasajeros y sus llantas de aluminio son de 23 pulgadas. Hace 2,06 metros de ancho, monta unos neumáticos de 305 mm de ancho y no le faltan módulos ópticos LED. En el techo acristalado encontramos dos alerones que aparecen para ganar apoyo aerodinámico y marcan el punto exacto donde se diferencian los dos colores que aparecen en la carrocería del Quartz, que por cierto debe su nombre a la combinación de fuerza y ligereza que han buscado a la hora de concebirlo.
Mecánica híbrida
Es híbrido y entrega 500 CV de potencia. El motor térmico es un 1.6 THP de 270 CV y 330 Nm, mientras que los eléctricos, repartidos en cada eje aportan su granito de arena con sus 85 kW. Son 50 CV de autonomía los que aportan y la batería, que es de 400 V, se recarga en marcha en las fases de desaceleración y en parado enchufado a una toma de corriente convencional.
Modos de conducción
Dispone de tres modos de conducción: ZEV, Route y Race. El ZEV es el modo exclusivamente eléctrico y permite recorrer 50 kilómetros. El Route pone en funcionamiento el motor eléctrico delantero y el térmico para que funcionen a la vez. Y por último, el Race pone en funcionamiento los tres motores para lograr el máximo rendimiento posible.
El Quartz viene equipado con un eje delantero McPherson específico y un eje trasero multibrazo que da cabida al motor eléctrico. La suspensión es neumática y puede hacer que la distancia respecto al suelo oscile entre los 300 y los 350 milímetros. En el interior, el Peugeot i-Cockpit orientado al conductor e inspirado en el mundo de la competición por los múltiples mandos que incorpora.